COMENTARIOS AL EVANGELIO DE SAN
MATEO
CAPÍTULO
QUINTO: 5
Padre Arnaldo
Bazán
"Bienaventurados los que trabajan por la
paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos
por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los
Cielos"(5,9-10).
La palabra paz se encuentra
repetidas veces en las Escrituras. Podemos ver, por tanto, la importancia que
Dios le da. Pero, realmente, ¿de qué se trata?
Por paz tenemos que entender una
relación saludable con todo lo que nos rodea. Y la primera relación para tener
la verdadera paz es con Dios nuestro Creador y Señor. El
es el rey de paz. Así nos dice el profeta Isaías: "¡Qué hermosos son sobre
los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas,
que anuncia salvación, que dice a Sión: Ya reina tu
Dios!” (52,7).
Y en Hebreos 12,14 se nos exhorta:
"Procuren la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al
Señor".
Según esto, la paz solo puede
lograrse por medio de la santidad de vida, que se identifica también con esa
justicia que da a cada uno lo que le corresponde.
¿De dónde proceden las guerras
grandes y pequeñas que hay en el mundo? Cualquiera puede adivinar que de las
ambiciones, del querer poseer lo que a otro pertenece, del ignorar el derecho
de los otros, incluso el de Dios.
De ahí que El
quiera urgirnos a crear la paz a nuestro alrededor, para que podamos ser
felices y hacer felices a los demás. Solo así podremos todos tratarnos como
verdaderos hermanos y merecer ser hijos de Dios nuestro Padre.
Pero la justicia es difícil de
lograr en el mundo, pues hay muchos que se empeñan en todo lo contrario. Y por
eso persiguen a todos los que se oponen a sus designios.
Este mundo está lleno de grandes y
pequeños dictadores que tratan de imponer sus propios criterios, o sueñan con
dominar a todos los que puedan.
Eso está ocurriendo en las
naciones, pero también en los hogares, en la sociedad, incluso en los grupos
religiosos. Todo el que falta el respeto a su prójimo, desconociendo sus
derechos, es en cierta forma un dictador.
Pero Jesús quiere que sus
seguidores seamos todo lo contrario. Debemos buscar servir a los demás, no
servirnos de ellos. No importa que nos persigan, Ahí tenemos el ejemplo de los
innumerables mártires que han dado su vida por cumplir los mandatos de su
Maestro. No tengamos miedo en ser fieles a El.
Arnaldo
Bazán