Vivir en Cr
El Año de San José
José Martínez Colín
1) Para saber
Con
motivo del 150 aniversario de la declaración de San José como Patrono de la
Iglesia Universal, el Papa Francisco declaró el inicio de un año dedicado a
este santo. Inició el 8 de diciembre y terminará exactamente un año después. Escribió
una Carta Apostólica llamada “Patris corde” (Con corazón de padre), que ya
tendremos ocasión de comentar.
El
Papa Francisco afirma que después de la Santísima Virgen María, Madre de Dios,
ningún santo ocupa tanto espacio en el Magisterio pontificio como San José, su
esposo. Se acude a él como Patrono de los trabajadores o de la buena muerte.
En
estos tiempos de pandemia y dificultades, podemos encontrar en San José un intercesor,
un apoyo y una guía. Fue un hombre que pasó desapercibido, de presencia
discreta y oculta, que nos recuerda que todos los que están aparentemente
ocultos tienen un protagonismo en la historia de la salvación.
2) Para pensar
En
la Sagrada Escritura se relata la interesante historia de José, uno de los doce
hijos de Jacob. Sucede que por envidia sus hermanos lo vendieron a unos
comerciantes que iban rumbo a Egipto. Y es José el único capaz de interpretar
los sueños del Faraón: significaban que habría siete años de abundancia, pero
luego vendrían siete de sequía. Lo nombró su administrador. José dispuso que
guardaran mucho alimento. Y al llegar la sequía, los pueblos de alrededor acudían
a Egipto por alimento y el Faraón, les respondía: “Vayan donde José” (Gn 41,55).
La historia termina bien: los hermanos necesitados van a Egipto sin sospechar sobre
su hermano, quien los perdona y se reconcilian.
La
frase del Faraón, ahora se aplica a San José cuando se padece alguna necesidad:
“Vayan a José” (Ite ad Ioseph”, en latín). La Iglesia lo vive sabiendo que es
un gran intercesor ante Dios.
3) Para vivir
Durante
este Año de San José, la Iglesia Católica concede indulgencias plenarias, que se
obtienen al realizar una obra acompañada siempre de tres condiciones: confesión
sacramental, comunión eucarística y rezar por las intenciones del Papa.
Así,
por ejemplo, este año, se concede a cuantos mediten al menos 30 minutos la
oración del Padre Nuestro, o participen en un Retiro Espiritual de al menos un
día y se medite una vez sobre San José. O para aquellos que a ejemplo de San
José realicen una obra de misericordia corporal o espiritual. Para las familias
o los novios que recen el Santo Rosario. O los fieles que reciten una oración
legítimamente aprobada o un acto de piedad en honor de San José, o confíen
cotidianamente sus actividades a su protección. O para quien invoque su intercesión
para que encuentre ocupación quien lo busca, y que el trabajo de todos sea
digno.
Y por la situación
de pandemia, la indulgencia se extiende a los ancianos, a los enfermos, a los
agonizantes, y a aquellos que por motivos legítimos estén imposibilitados de
salir, pero que con el alma libre de todo pecado y con la intención de cumplir,
en cuanto sea posible, las tres condiciones habituales, reciten un acto de
piedad en honor a San José, consuelo de los enfermos y patrono de la buena
muerte, ofreciendo con fe a Dios los dolores y sufrimientos de la vida.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y
Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra).