El “relativismo de los bienes”
en Aristóteles
P. Fernando Pascual
10-1-2021
Nos parece natural que lo
bueno sea bueno para todos. Pero ocurre muchas veces que algo bueno en sí
produzca resultados malos para algunos.
Es bueno encontrar un asiento
en la sala de espera del hospital, pero si resulta que al lado había algo que
nos contagió con un virus indeseado, algo salió mal.
Es bueno beber agua en
abundancia, pero hay días concretos en los que esa abundancia puede dañar a
algunas personas.
La lista de ejemplos podría
ser mucho más larga, pero muestra algo sumamente sencillo: no basta que algo
sea bueno en sí, lo importante es que sea bueno para mí, ahora, en esta
situación de mi vida.
Ya Aristóteles se había fijado
en este fenómeno: hay ocasiones en las que la salud, o el dinero, se convierten
para uno mismo o para otros en fuente de males.
En ese sentido, se puede
hablar de un “relativismo de los bienes” en Aristóteles. Porque lo importante
es que cada bien concreto, sea material, sea espiritual, entre en la propia
vida del modo adecuado y según el contexto presente.
Por eso ya los griegos
enseñaban que no basta pedir a los dioses que nos proporcionen esto o lo otro,
sino que nos concedan esos favores solo si van a resultar para nuestro
provecho.
La complejidad de la vida nos
permite descubrir que muchas cosas consideradas como bienes no nos ayudaron, y
que otras vistas como males, empiezan a convertirse en caminos hacia la mejora
personal.
Así, no solo habría un
relativismo de los bienes, sino también un relativismo de los males, cuando
esta enfermedad o esta deuda llevan a una persona a romper con su egoísmo y su
soberbia, y le ayudan a abrir los ojos a las necesidades de los demás.
Este día encontraré
situaciones y objetos que me podrán parecen buenos o malos. Al tomar mis
decisiones, necesito pedir luz a Dios para no escoger según apariencias ni
egoísmos, sino según el único deseo de alcanzar, al tomar o dejar cualquier
cosa, una mayor apertura interior para amar a mi Creador y Padre, y para servir
alegremente a mis hermanos.