Voz del Papa

El chisme rompe la unidad

José Martínez Colín

 

1)  Para saber

La unidad es una cualidad de los seres que los hacen únicos e irrepetibles e implica perfección. Hay varios tipos de unidad: material, moral, religiosa, etc. Así, cuando un vaso se rompe, pierde unidad o la muerte de una persona es una división, al separarse el alma espiritual del cuerpo. La Iglesia ha sufrido separaciones dolorosas: como el de la iglesia ortodoxa en el siglo XI, o las protestantes en el siglo XVI. Esas divisiones son ajenas al querer de Cristo que oró para que se mantuviera la unidad: “Que todos sean uno” (Jn 17,21).

La Iglesia, siguiendo el ejemplo Jesucristo su Fundador, sigue pidiendo al Padre por la unidad. En concreto, dedica ocho días en enero para intensificar la oración por la unidad de los cristianos. Empieza el día 18 y culmina el 25 con la fiesta de la conversión de San Pablo. El Papa Francisco nos invita a “invocar de Dios el don de la unidad para superar el escándalo de las divisiones entre los creyentes en Jesús”.

2)  Para pensar

Cuando se quiere vencer a un gran enemigo, dice el refrán: “Divide y vencerás”. El Papa Francisco recuerda que alguien pretende dividir a la Iglesia: el diablo, cuyo nombre significa “el que acusa”, “el calumniador”, que procura separar a los hombres de Dios y entre ellos. Utiliza el arma de la mentira, siembra discordia y provoca la crítica.

El escritor inglés, C. S. Lewis, escribió un libro interesante: “Cartas del diablo a su sobrino”. De forma amena pero profunda, presenta las supuestas cartas que un diablo viejo y experimentado le transmite a su sobrino principiante en las artes de tentar a un joven.

Le aconseja que no espere que cometa grandes pecados, como lo desean los diablos novatos. Sino que busque enemistarlo con su madre con quien convive: que se fije y no tolere los defectos de ella que más le molestan y que piense que los hace para molestarlo. Con eso se distanciará de ella y la amará cada vez menos. Además, que crea que él es buena persona porque se compadece del hambre mundial (sin que haga nada por resolverlo). Así, se conformará con tener un sentimiento bueno pero vago, y no se preocupará por atender y cuidar a su madre, que es con quien debería vivir un amor real, agradecido y concreto. Y será muy divertido ver cómo se va deslizando poco a poco hacia el infierno sin darse cuenta.

Pensemos, sugiere el Papa, si alimentamos conflictos, por ejemplo con el chisme, o favorecemos la unidad. El chisme es un arma del diablo para dividir la comunidad, la familia y los amigos.

3)  Para vivir

La unidad es sobre todo un don para pedir con la oración. Podemos darnos cuenta de que hemos rezado poco o quizá nunca por la unidad de los cristianos. El Señor pidió la unidad entre nosotros «para que el mundo crea» (Jn 17,21). El mundo no creerá con buenos argumentos, sino si testimoniamos el amor que nos une.

La raíz de tantas divisiones, en la familia o grupos, está dentro de nosotros. La solución no es oponerse, porque la discordia genera otra discordia. El remedio será pedir a Dios la paz, la reconciliación, la unidad. La oración es el alma de todo el movimiento ecuménico y el modo concreto de colaborar para ayudar a Jesús a cumplir su sueño: que todos sean uno.

José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra). (articulosdog@gmail.com)