ENTUSIASMO
Y LITURGIA
Padre
Pedrojosé Ynaraja Díaz
Digo siempre que la simpatía
personal por atractiva que sea, tiene poco valor. Jesús no era simpático.
Entusiasmaba y convencía, sí. Su proceder era sereno y nunca obró con prisa.
Tales características deben estar
presentes y no se olvide, que inicia al fiel en el bautismo. Más que crítica,
quiero ofrecer una muestra de mi proceder.
Repito que el inicio de la vida
cristiana se opera en el bautismo. He pretendido siempre que se respirase en el
estreno de la Fe, gran entusiasmo. Más que ofrecer análisis, brindaré un
ejemplo. Téngase en cuenta que la Fe ha de entusiasmar pero el entusiasmo
contagia más que los virus.
Procuro siempre que la celebración
sea en domingo, coincidiendo con la misa parroquial, siempre a la misma hora.
Desde antiguo practico el sacramento por inmersión. Sorpresa es este proceder
para los que desconocen el sentido profundo del bautismo. Antes de la bendición
del agua, añado con solemnidad un chorrito de agua del Jordán a los 200 litros
de agua templada de la pila que está en el centro.
Una buena parte de los invitados
venían de fuera. Les pedí que trajesen autentico pan ácimo y vino puro, el
mejor de su región. Se escogieron canciones alegremente respetuosas y
cristianas. Se proclamó la Palabra de Dios en las tres lenguas de los
asistentes: catalán, francés y castellano. La homilía, idem
de lienzo.
Entre una cosa y otra, la ceremonia
duró algo más de dos horas. Si la fotografía hoy resulta ser documento casi
notarial, abundaron las tomas, antes, durante y después. En el álbum de
recuerdo debía quedar patente que lo importante del día fue el rito sagrado, no
el convite.
Quien se desplaza mas de 500km para asistir al
bautizo de un familiar, le defraudaría observar una ceremonia de escasa media
hora. La acogida, la atención y el compartir entre lugareños y foráneos, sería
muestra de la Fe y Caridad de la asamblea. Quien viene de fuera no es exigente
respecto al idioma que le es propio, acepta agradecido que uno se dirija como
sabe y puede.