Voz del Papa
Una niña misionera
José Martínez Colín
1) Para saber
A
Mesopotamia se le reconoce como cuna de la civilización. Se le deben grandes
avances como la rueda, la escritura cuneiforme, la moneda, el primer código de
leyes, el sistema postal, la irrigación artificial, el arado, el calendario de
12 meses y 360 días, entre otros. Su nombre significa “tierra entre dos ríos”,
pues está entre los ríos Tigris y Éufrates. Ahí vivía Abraham cuando fue
llamado por Dios. Hoy corresponde a Irak, al que el Papa Francisco visitó en
días pasados. Manifestó su dolor ante un pueblo que ha sufrido mucho
recientemente: vio las destrucciones, y escuchó a los testigos supervivientes
de la violencia, la guerra… No obstante, se sintió acogido con alegría por la
gente que lo esperaba de pie durante muchas horas, también muchas mujeres con
niños en brazos.
El
Papa invitó a considerar que la respuesta a la guerra no es otra guerra, sino la
fraternidad. Es el desafío para el mundo entero: la fraternidad. ¿Seremos
capaces nosotros de hacer fraternidad entre nosotros?, se preguntó el Papa.
2) Para pensar
El
afán de la Iglesia por dar a conocer a Cristo por todo el mundo lo tenía muy
grabado en su corazón una niña llamada Teresita Castillo de Diego. Tenía 10
años y estaba enferma por un tumor en la cabeza desde 2015. Su testimonio de fe
y de amor a la Iglesia ha conmovido a toda España y al mundo.
En
enero del presente año Teresita fue ingresada debido a que sufría fuertes
dolores de cabeza. Además, junto a su madre dieron positivo por coronavirus, y
hubo que aislarlas. Pero Teresita lo vivía con mucho amor a Dios: “Lo estoy
ofreciendo por la gente; por ejemplo, por alguien que esté malito, por los
sacerdotes”, decía. A su vez, su madre comentó que Jesús estaría salvando
muchas almas con su sufrimiento. Teresita se encomendaba al Beato Carlo Acutis y
a la venerable Montse Grases. Su madre señaló que en su colegio solía ir a Misa
diaria y a comulgar.
En
febrero visitó el hospital el Vicario Episcopal, don Ángel Camino y la niña le preguntó:
“¿Me traes a Jesús? ¿Y sabes una cosa? Yo quiero mucho a Jesús. Yo quiero ser
misionera”. El P. Ángel quedó impactado y le dijo: “Teresita, yo te constituyo
ahora mismo misionera de la Iglesia”. Y le llevó el documento que lo acredita y
la cruz misionera. La niña con gran alegría le pidió a su madre colgara la cruz
“para que la vea bien, y mañana me la llevo al quirófano. Ya soy misionera”.
Poco
después, partió hacia el cielo el domingo 7 de marzo en Madrid. Poco antes Teresita
le envió a su tía un mensaje con voz cansada, pero suave: “Hola tía, te cuento
una cosa muy importante para mí, esta mañana después de recibir la Unción y la
Comunión, el Vicario de Madrid me ha constituido misionera: ya soy misionera”.
Su
madre expresó que en sus últimas semanas, Teresita “era como una crucificada”,
y repetía: “Quiero ser misionera… quiero vivir por Jesús”. Ahora Teresita es la
nueva protectora para los niños en misión.
3) Para vivir
El
Papa fue a la ciudad de Ur, donde Abrahán recibió la llamada de Dios hace unos 4000
años. Rezó con representantes de otras religiones para que como el Patriarca, escuchemos
la voz de Dios. El afán misionero también podemos vivirlo dando a conocer a
Jesús a nuestro alrededor.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía
(Universidad de Navarra). (articulosdog@gmail.com)