COMENTARIOS AL EVANGELIO DE SAN MATEO

CAPÍTULO DÉCIMO PRIMERO: 5

Padre Arnaldo Bazán

"Este es de quien está escrito: “He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino”. En verdad les digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él"(11,10-11).

El propio Jesús dijo claramente en el versículo anterior que Juan era más que un profeta. ¿Qué era, pues, Juan?

Jesús lo aclara con una cita del profeta Malaquías (3,1). Esto nos indica que Juan fue el mensajero precursor del Mesías. La palabra precursor significa el que va delante o también el que prepara el camino o el trabajo a otro.

Así lo llamó Pablo cuando, en la sinagoga de Antioquía de Pisidia, los jefes de la sinagoga invitaron a Pablo y sus compañeros, que hacía poco habían llegado a aquella ciudad, a que exhortasen al pueblo. Fue Pablo quien habló y aprovechó la ocasión para evangelizar.

En su pequeño discurso mencionó a Juan el Bautista, diciendo de él: Juan predicó como precursor, ante su venida, un bautismo de conversión a todo el pueblo de Israel (Hechos 13,24).

En la Carta a los Hebreos 6,20, se habla de Jesús como precursor nuestro en la salvación. La tarea de Juan fue enorme. Sabemos que se preparó a conciencia para esa misión que, desde antes de nacer, había recibido, como reconoció su padre Zacarías en su cántico de alabanza el día de la circuncisión de su hijo.

Estas fueron sus palabras recogidas por Lucas: "Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor para preparar sus caminos y dar a su pueblo conocimiento de salvación por el perdón de sus pecados, por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos visite una Luz de la altura, a fin de iluminar a los que habitan en tinieblas y sombras de muerte y guiar nuestros pasos por el camino de la paz" (1,76-79).

Como dice el propio Lucas al comienzo del capítulo 3, llegado el momento le fue dirigida la palabra del Señor a Juan, que vivía en el desierto. Y él, de inmediato, comenzó a predicar un bautismo de penitencia para preparar los corazones a la conversión y el perdón de los pecados.

No son fáciles de entender las palabras de Jesús en el versículo 11. Algunos comentaristas consideran que El habla de los que nacieron hasta Juan, pero que en el Reino de Dios cualquiera podría ser mayor que él. Cuando Jesús lo dice todavía Juan vivía. El Señor quiso recalcar que la verdadera grandeza del hombre nunca se alcanzará en la tierra, sino que, para ello, tendremos que esperar hasta llegar al Reino.