Preocuparse poco de Sócrates

P. Fernando Pascual

11-4-2021

 

Amamos la verdad. Deseamos ayudas para encontrarla. Recurrimos a aquellos que, con mayor o menor habilidad, nos acercan a ella.

 

Sócrates era consciente de este hecho: muchos lo buscaban porque creían que iban a aprender, cuando él repetía una y otra vez que no enseñaba nada.

 

Sin embargo, Sócrates era un gran maestro para pensar mejor. Enseñaba, con modos sorprendentes, a abrir las mentes y los corazones para dejar prejuicios y caminar correctamente hacia la verdad.

 

Sus amigos le buscaban precisamente por eso. Ello explica por qué, al acercarse el momento de la muerte de Sócrates, sentían la pena enorme de perder a quien tanto les había ayudado.

 

Los últimos momentos de la vida de Sócrates, según el relato de Platón, muestran la tristeza de la despedida, que contrasta con la serenidad del incansable Sócrates.

 

En el “Fedón”, los discursos se suceden. La inminencia de la muerte no impide seguir un camino de razonamientos, de búsqueda de aquello que permita comprender mejor las cosas.

 

Pero Sócrates tiene un miedo: que sus amigos se aferren a lo que él dice por el afecto que le tienen, y que dejen a un lado lo importante, la verdad.

 

Por eso no duda en dar un consejo que vale para ayer y para hoy: “os cuidaréis poco de Sócrates y mucho más de la verdad” (“Fedón” 91c).

 

En seguida añade: si digo algo que os parece cierto, “lo reconoceréis, pero si no, os opondréis con toda razón” (“Fedón” 91c).

 

Sí: al escuchar a cualquier persona, con o sin títulos, famosa o escondida, lo único que importa es ver en qué medida está cerca o lejos de la verdad.

 

El mundo necesita recordar el consejo del viejo Sócrates. Ese consejo vale siempre, porque de nada sirve seguir a un famoso científico o a un hábil pensador si no nos fijamos en la solidez, o falta de solidez, de sus afirmaciones.

 

Por eso nos preocuparemos poco de Sócrates, para preferir la verdad. Y si escuchamos a Sócrates y a los que son como él, lo hacemos en tanto en cuanto nos ofrecen estímulos y pistas para caminar, como buenos amigos, hacia una mejor comprensión de lo que significa vivir y morir como seres humanos que nacen en el tiempo y se acercan a lo eterno...