COMENTARIOS
AL EVANGELIO DE SAN MATEO
CAPÍTULO
DÉCIMO SEGUNDO: 15
Padre
Arnaldo Bazán
“Cuando
el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos en busca
de reposo, pero no lo encuentra. Entonces dice: "Me volveré a mi casa, de
donde salí". Y al llegar la encuentra desocupada, barrida y en orden.
Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él; entran y se
instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio.
Así le sucederá también a esta generación (12,43-45).
La
conversión es una gracia maravillosa que nos transforma de pecadores en hijos
de Dios.
Cuando una persona está
entregada al pecado, no una que falla eventualmente y de inmediato se
arrepiente, es como si estuviera dominada por Satanás.
Pero oye la palabra de
Dios y en su corazón se produce un arrepentimiento que lo lleva a convertirse y
comprometerse a vivir como un hijo de Dios.
Pero luego se descuida,
comienza por abandonar la oración, la práctica de los sacramentos, la
Eucaristía dominical, y poco a poco cede su casa interior a Satanás, quien
regresa todavía con mayor fuerza, incluso acompañado de refuerzos, y aquella
alma que parecía entregada ya a Dios, se vuelve un nido donde habita el diablo.
De ahí que Jesús diga
que su condición viene a ser peor que la que antes de su conversión tenia. Esto lo aplica Jesús a la generación de su tiempo,
que pese a tener todos los medios para cononcer al
verdadero Dios y adorarlo, se empeñaba en permanecer cómodamente en una
religiosidad externa, pero sin compromisos de cambio y conversión.
Pero esto también
tenemos que aplicarlo a nosotros mismos. Son muchos los que después de un
retiro, de una misión, de un cursillo o de cualquier otra oportunidad que Dios
les ha concedido, parecen convertirse seriamente, y comienzan entusiamados una nueva vida.
La casa interior está
libre de la contaminación diabólica. Pero luego, poco a poco, Satanás va
poniendo zancadillas que van haciendo su mella en la vida espiritual de los
sujetos, consiguiendo que se vayan apartando, gradualmente, de los medios que
le permitirían seguir viviendo en la gracia de Dios.
De ahí a que el diablo
regrese nuevamente como dueño no hay más que unos pocos pasos.
Por eso es tan
importante no descuidar la vida espiritual. San Pedro nos da este sabio
consejo: "Sean sobrios y vigilen. Su adversario, el Diablo, ronda como
león rugiente, buscando a quién devorar".Resístanle
firmes en la fe" (1ª Pedro 5, 8-9). El sabía muy
bien lo que estaba diciendo.