Lo que pensamos y decimos
desde otros
P. Fernando Pascual
3-7-2021
Albergamos en nuestra mente un
cúmulo enorme de ideas y reflexiones que proceden de lo que otros han escrito o
han dicho. Luego, nosotros mismos pensamos y hablamos apoyados en lo que hemos
recibido de otros.
Pensamos, por ejemplo, que
esta dieta sirve para bajar el colesterol, porque nos lo ha dicho un médico o
un amigo que tiene experiencia en la materia, o porque lo leímos en una página
de Internet.
Explicamos a un familiar que
hay peligro de que quiebre tal banco, porque el rumor gira en la prensa y en
las redes sociales.
Suponemos que esta tarde va a
llover, y cancelamos una cita, porque así lo ha anunciado esta mañana el
pronóstico del tiempo de nuestro buscador favorito.
La lista podría ser casi
interminable. Miles y miles de ideas con las que pensamos y de frases que
escribimos o que decimos proceden de otros a quienes hemos dado crédito.
En ocasiones, descubrimos que
lo leído en Internet era inexacto o falso, o lo que nos dijo un amigo no
corresponde a la verdad. Incluso entonces tenemos que reconocer que nuestros
descubrimientos han sido posibles gracias a que otros nos ofrecieron una
información más exacta...
Quizá en este día tenga una
apasionante discusión política sobre las maldades o bondades de tal gobernante,
o sobre la legalización o prohibición de esta medicina, o sobre la conveniencia
de construir (o no construir) esa autopista.
Mis argumentos y los
argumentos de quien dialoga conmigo proceden, en buena
parte, de lo que cada uno ha leído y escuchado de otros.
Ciertamente, también habrá
ideas “originales”, que hemos alcanzado por nosotros mismos, pero esas ideas
novedosas, “mías”, están teñidas por otras ideas leídas y escuchadas en un chat
o en la conversación en la sala de espera del médico.
No somos, ciertamente,
fotocopiadoras que reproducen tal cual lo que vamos encontrando durante el día.
Lo recibido desde otros luego es “digerido” por nosotros mismos, a veces con
errores más o menos simpáticos, y otras veces con alguna intuición genial que
nos permite descubrir algo nuevo.
Lo importante, ante tantas
ideas recibidas, y ante esas que puedan surgir en nosotros mismos, es tomarnos
tiempo, sobre todo cuando nos fijamos en temas de especial importancia, para
evaluar si estamos ante una información no bien fundada en la realidad, o si
hemos acogido una información que vale la pena tener presente en el camino de
nuestra vida.