Amor a la verdad
P. Fernando Pascual
17-7-2021
Deseamos la verdad sobre la
madurez de unas manzanas y sobre las vitaminas de unas verduras, sobre la
eficacia de un destornillador y sobre la duración eficaz de la batería del
móvil.
Deseamos la verdad en tantos
ámbitos, porque cada verdad es luz para nuestra vida. Y porque el error y la
mentira nos impiden caminar hacia la conquista del bien.
El amor a la verdad es algo
que nace de lo más profundo del ser humano. Por ello leemos libros, escuchamos
programas de radio o de televisión, consultamos a médicos o a amigos bien
informados.
Por desgracia, la verdad se
hace difícil cuando las prisas rodean nuestra sed de información, o cuando hay
quienes censuran todo lo que pueda ir contra sus intereses mezquinos, o cuando
grupos de poder apagan cualquier información “disidente”.
A pesar de las dificultades,
nunca dejamos de buscar la verdad. Incluso en ocasiones estamos dispuestos a
arriesgarnos contra las ideas dominantes con tal de abrir espacios a informaciones
buenas.
En el pasado, como en el
presente, ha habido y hay presiones familiares, sociales, o políticas, que
buscan ahogar la sed de verdad de la gente, o que suprimen la sana libertad de
expresión para imponer solo las ideas de unos sobre otros.
No hay que tener miedo a esas
presiones, sino vencerlas con la unión con todos aquellos corazones que
mantienen despierto su amor a la verdad, y trabajan por comunicarla, aunque
solo sea de boca a boca, sobre todo cuando existen poderosos instrumentos de
censura.
Las mentiras pueden durar
cierto tiempo, incluso pueden causar mucho daño. Al final, estamos seguros,
triunfa la verdad, gracias a la sangre de mártires del saber y a luchadores
incansables que difunden todo lo que sea verdadero, bueno y bello a quienes lo
buscan sinceramente.