Gestos asequibles
P. Fernando Pascual
23-7-2021
Moverse ayuda al cuerpo,
permite mejorar la circulación de la sangre, activa la respiración.
Dar una mano en la preparación
de la comida, o en la limpieza de la casa, o en trabajo, fomenta en el alma esa
alegría que surge del servicio.
Muchos gestos sencillos,
asequibles, cambian nuestro modo de pensar, de sentir, de ver el mundo. Incluso
mejoran nuestra salud y nos orientan a vivir plenamente.
Hay ocasiones en las que
cansancios, enfermedades, fracasos, desencuentros, nos empujan a cerrarnos, nos
paralizan con apatías y tristezas dañinas.
En esas ocasiones, necesitamos
un esfuerzo de voluntad, a veces pequeño, otras veces casi heroico, para romper
el cerco de la tristeza y para abrirnos a los demás.
Sorprendentemente, ese pequeño
gesto de llamar a un familiar por teléfono para interesarnos por su salud, o de
poner orden en la mesa de trabajo, vence nuestra inercia y nos anima para
emprender nuevas metas.
Desde luego, no basta un gesto
asequible para desentumecer el cuerpo o el alma. Muchas veces tendremos
necesidad de apoyo por parte de personas buenas que nos sostengan en el camino
hacia la libertad del corazón.
Sobre todo, necesitamos
recurrir a Dios, que es Padre, que nos conoce íntimamente, que susurra en
nuestros corazones las palabras más oportunas en cada momento de nuestra vida.
Con la ayuda de Dios y de
quienes me acompañan en este día, será posible emprender gestos asequibles de
servicio, de entrega, que me saquen de mí mismo y me lancen a horizontes
maravillosos de amor, de bien y de belleza.