Clandestinos por su fe
P. Fernando Pascual
18-9-2021
A lo largo de la historia
humana millones de personas han optado por actuar en la clandestinidad, a veces
con riesgos muy elevados, para vivir según sus principios religiosos.
En el relato de la Biblia se
nos habla de las comadronas que salvaban, a escondidas, la vida de bebés
hebreos.
En el mundo romano, miles de
cristianos celebraban la misa de modo clandestino, incluso poniendo en peligro
sus vidas.
Durante la Revolución
francesa, hubo miles de sacerdotes, religiosos y laicos, que tenían que
esconderse para poder vivir según su fe católica.
Ante gobiernos tiránicos del
siglo XX, bajo el comunismo y bajo el nazismo, miles de creyentes conservaron
su fe y sus ritos, y ayudaron clandestinamente a otros a salvar sus vidas.
La lista de clandestinos por
la fe es muy larga. Todavía hoy, en algunos países, los cristianos no pueden
decir que lo son porque serían condenados a muerte, o serían encarcelados, o
perderían sus derechos básicos.
Esos creyentes sabían y saben
que en la vida lo más importante es amar a Dios y a los hermanos. Sabían y
saben también que una ley injusta o un gobierno tiránico nunca merecen ser
obedecidos.
Por eso, cada vez que, en el
camino de la historia, un tirano, o un parlamento que va más allá de sus
límites, imponen normas contrarias a la fe y a la justicia, los verdaderos
cristianos están dispuestos a pasar a la clandestinidad y a evitar esos daños
que producen quienes se someten servilmente a normas injustas.
La lista de los mártires del
pasado y del presente nos anima y nos enseña cómo escoger lo más importante: el
mensaje de Cristo, la fidelidad a la Iglesia fundada por Él, y la vivencia de
los mandamientos.
Habrá riesgos, habrá incluso
cárceles y daños físicos. Pero la fuerza de la gracia y el amor a Dios y a los
hermanos, darán fuerzas para vencer al mal con el bien, y para vivir hasta
entregar la vida por los amigos...