Lo que podemos hacer ante el
mal
P. Fernando Pascual
9-11-2021
Frente al mal en el mundo, sea
a nivel de algunos gobernantes, banqueros, empresarios, intelectuales, sea a
nivel de ese mal “casero” que entra en las personas y en las familias, ¿qué
podemos hacer?
Algunos pueden sentirse
derrotados: la fuerza de la propaganda manipuladora, del engaño sistemático de
algunos líderes de opinión, del control de los sistemas políticos, provoca
miedo y, en muchos casos, un sentimiento de impotencia.
Sin embargo, un creyente en
Cristo sabe que ningún poder humano, por más perverso que pueda ser, cambia los
corazones de quienes tienen fe, esperanza, caridad.
Por eso, frente al mal en el
mundo, que en ocasiones avanza hasta límites insospechados, podemos responder
con la oración, con el perdón, con la valentía de los mártires que dicen no al
pecado y sí al amor.
Parece difícil, sobre todo
cuando vemos cómo la censura ahoga cada vez más a quienes piensan de manera
distinta al “sistema”, cómo libertades básicas están en peligro con la excusa
de la “seguridad nacional” o de la “salud”, cómo la economía verdadera es
asfixiada por impuestos y leyes absurdas.
Pero el mal queda herido de
muerte cuando respondemos con el bien, con la confianza en Dios, con la certeza
de que nunca la verdad puede ser apagada, aunque algunos divulguen millones de
mentiras asfixiantes.
Basta con seguir a quienes,
con humildad y valentía, dan pasos concretos para vivir según el Evangelio.
Entonces, la luz se difunde entre las tinieblas, y más corazones se abren a la
gracia de Cristo que salva.
Frente al horizonte de males
que parecen casi omnipotentes, lo que podemos hacer es algo tan sencillo como
acudir a Dios, rezar por nuestros enemigos, y afrontar cada día con la
sencillez de los niños que abren sus ojos a la verdad y se dejan conducir por
el amor auténtico.