Conservar lo aprendido en la
memoria
P. Fernando Pascual
19-4-2022
La memoria trabaja
continuamente. Con ella guardamos una enorme cantidad de números, rostros,
frases, lugares, hechos del pasado, poesías y escenas de películas.
Gracias a la memoria,
conservamos lo que luego está a nuestra disposición, para hablar con palabras
justas, para aportar una información de interés, para ofrecer a otros datos que
hemos aprendido.
Por eso, no podemos dejar a un
lado la memoria, ni menospreciarla, ni criticarla. En ese sentido, es extraño
el esfuerzo de algunos por marginar, incluso por criticar, el papel de la
memoria en la escuela.
Los niños, los jóvenes, los
adultos, continuamente guardan en la memoria una cantidad enorme de datos y de
impresiones de todo tipo.
Es cierto que luego mucho
queda olvidado, en el sentido de que nos cuesta evocar ciertos datos, aunque
estén en algún rincón de nuestra mente, según un modo de expresarnos que ya se
encuentra en Platón o en san Agustín.
Pero también es cierto que sin
memoria no podríamos usar un lenguaje común, ni teclear el comando correcto en
la computadora, ni llamar al amigo que nos pidió una ayuda para su trabajo.
Enseñar, entonces, incluye
siempre un momento de memorización. Habrá técnicas mejores o peores, pero lo
importante es ver cuáles resulten eficaces para que en seguida sepamos
responder o usar el dato que nos interesa para esta actividad concreta.
La existencia de Internet y de
“memorias digitales” que superan casi infinitamente nuestra capacidad
memorística no eliminan la importancia de memorizar.
Porque, aunque parezca algo
obvio, no buscaríamos un dato en Internet o en la computadora si antes no
hubiésemos recordado qué dato buscamos, dónde buscarlo, y tengamos la
suficiente inteligencia para identificar cuándo lo hemos realmente encontrado
(y eso supone también tener memoria).
En un mundo de prisas, ante
estímulos que nos distraen continuamente, vale la pena fomentar esa disciplina
clásica (es decir, eterna) que ayer, hoy, y siempre, permita que aprendamos y
memoricemos miles de informaciones útiles.
Serán esas informaciones las
que nos ayudan en el camino de la vida terrena hacia la meta que da sentido a
todo esfuerzo humano por saber y por actuar: el encuentro con Dios, que nos
mira y nos “recuerda” con un amor eterno...