Discriminaciones periodísticas
P. Fernando Pascual
26-6-2022
No se puede informar de todo,
pero sí se puede informar de modo equilibrado, sin discriminaciones que
marginen algunos temas y exalten otros.
Decir lo anterior parece algo
obvio, pero la realidad es que muchos medios informativos actúan con
discriminaciones, al informar casi de modo martilleante
sobre ciertas personas o hechos, e ignorar por completo a otras personas o
acontecimientos.
Así, una guerra puede ser
objeto de noticias continuas, no pocas veces de modo distorsionado, mientras
que otra guerra queda envuelta en densas tinieblas de olvido o, al máximo,
recibe una atención vaga.
Una persona asesinada por sus
ideas puede convertirse en una bandera y exaltada por periodistas y millones de
usuarios en redes sociales, mientras que otra persona asesinada por ideas
diferentes no recibe casi la atención de nadie.
El fenómeno puede ser
explicado de diferentes maneras. Una, sencilla: la gente no puede interesarse
por todo, sino que muestra deseos de conocer mucho más sobre ciertos hechos y
casi nada sobre otros.
Otro modo de explicarlo
consiste en reconocer que los mismos periodistas, empezando por las grandes
agencias informativas, piensan y trabajan según sus preferencias. Esas
preferencias se centran en unos datos mientras no tienen el menor interés por
otros.
Pero esas explicaciones, y
otras que puedan añadirse, no justifican el enorme daño que las
discriminaciones periodísticas pueden causar en tantos miles de seres humanos
que sufren a consecuencia de hambrunas, desastres naturales, guerras y
gobernantes sin escrúpulos, y sobre los que se informa poquísimo, si es que no
se llega a ocultarlos por completo.
No resulta fácil romper con un
sistema de información que lleva a tantas discriminaciones periodísticas, con
las que se sobrealimenta el interés por unos argumentos y se marginan otros.
Incluso aquellos periodistas que busquen romper con esta situación sentirán, en
ocasiones, presiones desde arriba, o desde los lectores, para que mantengan la
rutina de lo que se hace y no se aparten de los criterios establecidos.
Pero si hay periodistas y
personas comunes honestas y dispuestas a dar voz a quienes viven auténticos
dramas en medio de un silencio sorprendente en tantos medios informativos, será
posible sacar a la luz historias de quienes merecen ser reconocidos en sus
sufrimientos.
De este modo, esas víctimas
que hasta ahora sufren en silencio, serán ayudadas por muchas personas buenas
que, al conocer esas historias, pondrán manos a la obra para apoyarlas y
aliviar sus situaciones, gracias al hecho de haber recibido la visibilidad que
merecían en el mundo de la información.