Deseos de mejoras
P. Fernando Pascual
7-3-2023
Queremos mejoras en muchos
ámbitos: en uno mismo, en la familia, en el trabajo, en la propia ciudad o
país.
Los deseos de mejoras surgen
desde dos pilares. El primero: constatar que la situación actual tiene aspectos
que merecen ser corregidos. El segundo: creer que es posible emprender un
camino hacia algo mejor.
Así, a nivel de la salud,
deseamos mejoras en la dieta, en los modos de dormir, en la silla que usamos
para conservar sana la espalda, en las prescripciones médicas. Cada mejora
apunta a una situación de mayor vigor físico y de prevención o curación de
enfermedades.
A nivel familiar, deseamos
mejoras en el trato entre los padres, entre padres e hijos, entre hermanos,
entre otros miembros de la familia. Sobre todo, deseamos mejoras que eliminen
tensiones y peleas, y que lleven a una mayor armonía y cariño.
A nivel del trabajo, deseamos
mejoras en la distribución de tareas, en los modos de pagar a cada empleado, en
los criterios sobre permisos y vacaciones, en el rendimiento de todos.
Podríamos seguir con la lista
en otros niveles, cada vez más amplios, en los que brillan con fuerza esos
deseos de mejoras, hasta incluir incluso el deseo, que a veces parece utópico,
de mejorar la limpieza del ambiente terrestre, para que haya menos
contaminación y más riqueza de especies vivas.
No podemos olvidar un deseo de
mejora que, en el fondo, sostiene y purifica todos los demás: el deseo de
mejora de nuestro propio corazón.
Porque solo con un corazón
menos egoísta y más generoso, los deseos y proyectos que cada uno emprende
estarán realmente orientados a mejoras concretas en los diferentes niveles que
caracterizan nuestra vida terrena.
Por eso, pedimos a Dios que
purifique nuestra mente, que oriente nuestro corazón, para que nuestros deseos
surjan desde el amor auténtico y nos lleven a decisiones que sirvan para
alcanzar mejoras concretas, para nuestro bien y el de quienes viven a nuestro
lado.