¿Nacer en un tiempo
equivocado?
P. Fernando Pascual
11-4-2023
¿Qué podría significar la
frase: “he nacido en un tiempo equivocado”?
Si alguien hiciera suya esa
frase, podría explicar en qué sentido la usa. Los que le oyésemos, pensaríamos
en seguida que esa persona piensa que hubiera sido “mejor” haber nacido en otro
tiempo, o del pasado, o del futuro.
Pero la realidad es que nadie
nace en un tiempo equivocado, precisamente porque nacer solo puede ocurrir en
un tiempo: el tiempo que uno vive.
Por eso, sería extraño que
alguien defendiera que ha nacido en un tiempo equivocado, cuando nadie puede
escoger el “tiempo” en el que le toque nacer.
Quien nació en el siglo X no
podría soñar con lo bueno que habría sido nacer en el siglo XX. Ni quienes
nacimos en el siglo XX deberíamos imaginar lo maravilloso que habría sido nacer
en el siglo XVI o en el siglo XXII.
Para evitar las paradojas que
surgen cuando alguien afirma que habría nacido en un tiempo equivocado, resulta
de ayuda reconocer sencillamente que cada uno hemos nacido en este tiempo, y
que este tiempo es el que tenemos para vivir.
Podré suponer que está lleno
de promesas o de amenazas, que corresponde mejor o peor a mi personalidad, que
me permitirá o me impedirá realizarme plenamente.
Piense lo que piense sobre mi
tiempo, no tengo otro. Porque en otro tiempo, simplemente, no habría nacido yo,
sino otro ser humano con otros modos de pensar sobre sí mismo y sobre los
demás.
Este tiempo, con tecnologías
que cambian continuamente y con millones de personas sin medicinas y sin
electricidad, es el tiempo en el que puedo pensar, amar, luchar, orientarme
hacia lo que sea bueno, justo, noble, bello.
La vida no se escoge, se
recibe. Por eso, ninguna vida es equivocada, como tampoco ningún tiempo es el
que peor se acopla a mi identidad.
Solo tengo ahora este tiempo.
Puedo, con la vida recibida, orientar mis pasos hacia lo que vale, hacia lo que
une, hacia lo que promueve un poco de esperanza.
Puedo, sobre todo, avanzar,
ahora, hacia el encuentro con el Dios que siempre acierta cuando nos permite
ser parte, al nacer en un tiempo concreto, de ese gran misterio de la vida...