Configurados por la prensa
P. Fernando Pascual
6-10-2023
Hay personas configuradas por
la prensa. En ella encuentran los temas para sus conversaciones, la fuente de
numerosas reflexiones personales, el origen de sus esperanzas o sus miedos.
Creen en lo que se dice sobre
la guerra, aunque en ocasiones bastaría un poco de espíritu crítico para
reconocer que solo se informa sobre “lo bueno” de unos y “lo malo” de los
otros.
Ríen ante el último desliz del
presidente, aunque nunca sepan el contexto ni los argumentos importantes sobre
los que habló unos minutos antes.
Opinan sobre la agresividad de
los adolescentes que acaban de hacer la enésima gamberrada, aunque no sepan
nada de tantos otros adolescentes que empiezan a trabajar como voluntarios en
diversas formas de servicio social.
Se preocupan por el aumento de
casos de una epidemia, aunque no escuchen lo que expertos realmente competentes
explican sobre su mayor o menor peligrosidad.
Piensan, porque lo han leído
en la prensa escrita o televisiva, que en la Edad Media la gente cometía
atropellos graves contra inocentes, pero no son capaces de saber cuántos
abortos al año se producen en su país.
De estas y de otras muchas
maneras, miles de seres humanos viven configurados por la prensa, que les dice
sobre qué temas hablar, quiénes tendrían razón, qué peligros nos amenazan, y
cómo encontrar la fórmula de la felicidad sin esfuerzo.
Pero no se dan cuenta de que “la
prensa” está en manos de grandes agencias que producen y orientan
ideológicamente los asuntos que serán noticia, y que acallan aquello que desean
ocultar a la gente.
Es cierto que existen modos
alternativos para llegar a otras informaciones y a otros puntos de vista, pero
la mayoría de los “blogs” y similares, al final, están también enjaulados en la
noticia del último escándalo de un futbolista o de la última aventura de un
cantante desorientado.
La vida humana es demasiado
importante como para dejar que otros plasmen, a veces con un martilleo
adoctrinador, nuestros pensamientos; pensamientos que, si se desarrollan sin
formateos externos, promoverían en nosotros un verdadero espíritu abierto y una
sana crítica ante el mundo en el que vivimos.
Por eso, necesitamos tomar
distancia respecto de los temas que los medios informativos imponen una y otra
vez, para empezar a descubrir cómo viven los vecinos de un barrio en
dificultad, qué tratamientos reciben los enfermos en hospitales públicos y
privados, y cómo promover la defensa de la vida de los hijos antes de nacer.
La lista de temas importantes
podría ser infinita, porque vivimos en un mundo complejo. Pero vale la pena un
esfuerzo por romper jaulas impuestas por cierta prensa manipuladora, para tener
mentes abiertas y ojos atentos a temas que afectan a la vida y a la dignidad de
millones de seres humanos.