Las consecuencias de nuestros
actos
P. Fernando Pascual
25-11-2023
Todo lo que hacemos tiene
consecuencias. Lo que no hacemos también tiene consecuencias.
Si escojo una buena dieta de
alimentos seguramente mejoraré mi salud en general. Si hago deporte adecuado y
frecuente, se consolidará mi vigor y resistencia física.
Si dejo para después la
revisión del coche, aumenta el riesgo de algún imprevisto o accidente.
No siempre se producen las
consecuencias que habíamos previsto. El alimento sano en ocasiones provoca una
extraña reacción alérgica.
Otras veces nos encontramos
con consecuencias imprevisibles. Nadie podía imaginar que el error de aquel
médico iba a provocar una mejora en la salud.
Reconocer que existen
consecuencias de nuestros actos y de nuestras omisiones nos lleva a asumir la
propia responsabilidad.
Porque reconocemos esa
responsabilidad cuando nos damos cuenta de que nuestro futuro próximo o lejano,
y el futuro de otras personas, depende de lo que hagamos o dejemos de hacer
ahora.
Por ejemplo, ofrecer ayuda a
una asociación humanitaria eficiente y honesta ayudará a diversas personas a
tener medicinas o agua potable. En cambio, dar dinero a una asociación
humanitaria corrupta o ineficaz implica usar inútilmente nuestros bienes materiales.
El camino de la vida nos pone
continuamente ante encrucijadas en las que decidimos qué hacer. Las buenas
decisiones permitirán abrir mejoras para nosotros y para otros. Las malas
decisiones pueden provocar daños más o menos importantes.
Este día inicia con diversas
opciones ante mis ojos. Soy responsable de lo que voy a decidir. Por eso pido
ayuda a Dios para escoger aquellos actos que generen consecuencias buenas y
justas para tantas personas necesitadas de cariño y esperanza...