El Papa bautiza a 21 niños
El valor del bautismo
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
En la pasada fiesta del Bautismo del Señor, el Papa Benedicto
XVI administró el sacramento del Bautismo a 21 bebés. Es
tradicional que en dicha fiesta, el Papa bautice a varios niños en la
Capilla Sixtina.
En su homilía el Santo Padre nos recodaba que al sumergirse
en el agua, el penitente reconocía haber pecado, imploraba a Dios la
purificación de sus culpas y era enviado a cambiar los malos
comportamientos.
Por eso, cuando Juan el Bautista ve a Jesús que, en fila con
los pecadores, viene a hacerse bautizar, queda asombrado; él
mismo hubiera querido hacerse bautizar por Jesús. Pero Jesús le
exhorta a no oponer resistencia. Al querer ser bautizado Jesús
manifiesta querer hacerse en todo semejante a nosotros. Él, que
está sin pecado, se deja tratar como pecador, para llevar sobre sus
hombros el peso de la culpa de toda la humanidad, también de
nuestra culpa.
2) Para pensar
Esta fiesta nos debe llevar a revalorar el Bautismo. Un ejemplo
lo tenemos en Emmanuel Mounier. Fue un gran filósofo francés de
principios del siglo XX. Nació en una familia campesina y modesta.
Tuvo una salud quebrantada: casi ceguera total de un ojo y una
deficiente audición, sin embargo fue siempre un compañero
generoso y cordial. Tuvo una vida difícil, en 1940 es prisionero de
los alemanes. Murió a los 45 años de edad debida al agotamiento,
con una crisis cardiaca. Su pensamiento ha sido una valiosa
contribución a la filosofía.
Mounier sufrió un duro golpe cuando supo que su hija
primogénita, que tenía apenas siete meses de edad, padecía una
encefalitis y quedaría para siempre como subnormal profunda. Sin
embargo, su fe no disminuyó, sino que maduró y se reforzó. Sabía
que su hija bautizada era morada de Dios mismo, y eso lo consolaba
profundamente. Así le escribía a un amigo suyo refiriéndose a su
hija: “Es una hostia viva entre nosotros, muda como la hostia y,
como ella, resplandeciente”. A su esposa la consolaba haciéndole
ver el sentido profundo del dolor: “Si no hacemos más que sufrir
(penar, resistir, aguantar) no podríamos soportarlo… no pensemos
en la enfermedad como algo que se nos sustrae, sino como algo
que damos, para no disminuir el mérito de ese pequeño Cristo que
está en medio de nosotros”. Sabía ver en su hija otro Cristo que
padece por nosotros.
3) Para vivir
El Papa les recordó a los padres de los niños bautizados que
gracias al Sacramento son liberados del pecado original y en ellos
empieza la vida de la gracia, que es la vida misma de Jesús
Resucitado.
Estos niños, les decía, “obtienen un sello espiritual indeleble,
el “carácter”, que marca interiormente para siempre su pertenencia
al Señor y los hace miembros vivos de su cuerpo místico, que es la
Iglesia. Empieza hoy un camino que deberá ser un camino de
santidad… Por eso, desde los primeros siglos se ha tenido la
consideración de dar el Bautismo a los niños justo después de
nacer. Ciertamente, será después necesaria una adhesión libre y
consciente a esta vida de fe y de amor, y por eso es necesario que,
después del Bautismo, sean educados en la fe, de manera que
crezca en ellos esta semilla de la fe que hoy reciben y puedan llegar
a la plena madurez cristiana”.
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