SANTÍSIMO CRISTO DE LA FE
Ruge la tempestad,
huracanado es el viento,
el velo se acaba de rasgar,
y crujen los lamentos.
Reina la oscuridad,
se ha detenido el tiempo,
y Viaplana es un mar,
inundado de lamentos.
Ha muerto la fe,
riendo alguien grita,
en la Cruz está Él,
con su figura marchita,
la sangre moja su piel,
y nadie se la quita,
tiembla Jerusalén,
tu pena será infinita.
Hachones como lirios,
templan la soledad,
consumado el martirio,
Viaplana es catedral,
luminarias de cirios,
para túnica talar,
con fimbrias de vidrio,
en penitencia corporal.
Sedientas golondrinas,
sus picos han limpiado,
para quitarles las espinas,
al Hombre crucificado.
la noche se inclina,
el viento se ha calmado,
en la prieta colina,
la muerte ha ganado.
Madero de Fe,
madero siniestro,
árbol de Belén,
árbol del Maestro.
Torre de Babel,
pecado tan nuestro,
castillos de oropel,
Cristo ha muerto.
En la cruz se le ve,
roto y desangrado,
al Cristo de la Fe,
por un barrio desolado.
Mustie el desdén,
bórrese el nublado,
fría está la piel,
del Cordero degollado.
Antonio Rodríguez Mateo