Hombre Nuevo
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José Manuel, L.C.
Voluntariado
Conocí a un joven universitario que por gusto ha cursado dos años de estudios para
capacitarse como técnico socorrista. Se trata de una labor netamente de voluntariado porque
él, junto con sus amigos, además de cubrir el coste de la escuela, deben solventar el equipo
de la ambulancia. Se sienten orgullosos de su unidad, pues aunque no está tan equipada
como una de la Cruz Roja o del gobierno, que reciben dinero de fundaciones o del Estado,
la mantienen en perfectas condiciones.
Estos chicos no apuntan a una carrera de medicina, lo hacen por afición y porque quieren
ayudar al que sufre un accidente. Administran sus horas de servicio con los deberes de la
universidad, el deporte y la familia. Son felices patrullando y cooperando con la policía y
otros cuerpos de seguridad.
Este hecho nos debe hacer reflexionar sobre la innata nobleza del joven y en la
responsabilidad que tenemos de ofrecerles distintos campos de acción social para que se
injerten en la comunidad aportando. Muchos padres de familia encauzan a los hijos por el
deporte y las artes, pero dejan de lado el voluntariado como vía alterna y complementaria a
la necesidad que tiene la juventud de realizar nobles ideales.