Ángeles Malagueños de la Noche
Los lectores que hayan pasado por el Pasillo de Santo Domingo, de Málaga, habrán
podido observar desde hace tiempo, una caseta que hay instalada justo detrás de la
Iglesia de Santo Domingo, ahí están durante todos los días del año desde las
17:30h a 21:30h., un puñado de personas voluntarias de todo tipo, los hay
parados, abogados, empresarios, jubilados, amas de casa, mileuristas, religiosos y
religiosas, policías, exdelincuentes, exdirectivos, cofrades…en resumen todo tipo de
personas de toda la clase social, trabajando codo a codo todas las tardes para hacer
bocadillos y repartirlos a los que se van acercando, después de esperar una larga
cola su turno.
Allí se atiende a todos: “sin preguntar nada a nadie, dando con una mano lo que
recibimos con la otra”, esa es la respuesta que me ha dado uno de los voluntarios
al que he tenido la oportunidad de acercarme a hablar con él, después que
terminara su trabajo.
“Lo que más anima a continuar con más ganas, es que algunos de los que venían al
principio perdidos, sin norte, hoy, han conseguido trabajo y colaboran como un
voluntario más. Casi un 15% de nuestros actuales voluntarios, son personas que
vinieron al inicio buscando ayuda y llevarse una bolsa de bocadillos”.
Todas las noches atienden a más de 500 personas, son 500 bolsas, con bocadillos y
algo caliente que tomar. “Gracias a una ayuda de la Caixa disponemos de una
furgoneta con la que podemos recoger los alimentos que les ofrecen desde diversos
grupos” aadía la persona con la que hablé.
Aunque cada día atienden a más personas, al final nunca falta, ¡no saben como!,
pero nunca les ha faltado nada que darles.
Aquí se vive cada noche “La multiplicacin de los panes y los peces” el milagro que
Jesús en vista de la gran muchedumbre que había ido a escucharle, gentes de
todas edades y condiciones y que se acercaba la noche y no tenían para comer,
compadecido de ellos preguntó quién tenía algo de comida y un joven respondió:
“yo tengo unos pececillos y un poco de pan” que mi madre me ha preparado, eso le
bastó a Jesús para hacer el milagro para que comieran todos.
Que alegría encontrar personas generosas que ponen en las manos de Dios lo que
tienen, porque cuando se ponen al servicio de Dios, el fruto tiene un valor divino, y
se multiplica por cien o por mil, como ocurrió con el joven del evangelio.
Quién lo quiera ver, en la caseta de los Ángeles Malagueños de la Noche, en el
Pasillo de santo Domingo todos los días incluidos domingos y festivos, allí se
produce el gran milagro.
Elena Baeza Villena