NOCHE DE REYES MAGOS
Noche de Reyes Magos,
de peregrinos de estrella,
noche de azules claros
e ilusionante espera,
de camellos y dromedarios,
carrozas y cantinelas,
de infantes alborozados
y papelillos que sobrevuelan.
De sueños apretados,
y miradas furtivas,
de balcones entornados,
y pisadas perdidas,
de armarios cerrados,
y persianas corridas,
o pasos precipitados,
de idas o venidas.
De temores infundados,
y espera anhelante,
de ojos semicerrados,
y mucho talante,
de besos de enamorados,
y abrazos suplicantes,
también de algún gazapo,
y hasta de poco aguante.
De vuelo de sensaciones,
rasantes o no,
de alegres corazones,
o tristes por desamor,
de nuevas canciones,
o de viejo rincón,
con sacos de carbones,
o juguetes en expectación.
Pero sigue siendo igual,
año tras año,
sólo cambia la edad,
de joven para anciano,
todo vuelve a rodar,
el cielo torna a claro,
ellos vienen y van,
en eso no son tacaños.
Antonio Rodríguez Masteo