«Semillas de esperanza»
Edad

Autor: Padre Fernando Torre, msps. 

 

 

En algunas culturas es frecuente que las personas digan tener menos años de los que tienen (como si las palabras cambiaran la realidad), mientras que niños y adolescentes muchas veces se aumentan la edad.

Un principio de realismo sería decir la edad que tenemos, y una norma de sabiduría, vivir conforme a esa edad: ser niño a los 7 años, adolescente a los 16, adulto a los 45 y anciano a los 80.

Cada etapa de la vida tiene su belleza y su misterio, que podemos disfrutar. También tiene su parte negativa o dolorosa, que hemos de asumir. ¡Qué irritante es ver a un niño de 10 años actuando como adulto! ¡Qué triste es tratar con jóvenes que a los 20 años ya se han jubilado de la vida y carecen de esperanzas! ¡Qué ridícula se ve una persona de 50 años comportándose como una de 18! ¡Qué doloroso es que una persona de 90 años rehuya mirar de frente la posibilidad de la muerte!

Pero, ¿qué significa vivir conforme a la edad que tenemos? No hay normas definidas sobre qué hacer o evitar en cada edad. Incluso las convenciones sociales varían de una cultura a otra. Pero sí hay un principio general que consiste en realizar en cada edad lo que proporciona salud física, psíquica y espiritual.

Esto implica que, con el paso de los años, irán cambiando el tipo de alimentación, el deporte que realizamos, las actividades recreativas, los intereses culturales, los proyectos creativos, la forma de relacionarnos con los demás, nuestra manera de orar, etcétera.

Sea cual fuere nuestra edad, hemos de mantener una actitud mental abierta, aprovechar el momento presente y acoger lo nuevo que nos trae cada etapa de la vida.