«Semillas de esperanza»
Realidad y percepción

Autor: Padre Fernando Torre, msps.  

 

 

La vista es un gran don que hemos recibido de Dios. A través de este sentido podemos percibir el mundo que nos rodea y disfrutar innumerables maravillas.

Fuera de nosotros hay paisajes, flores, personas… Esa realidad existe independientemente de que la veamos o no. Al abrir los ojos, se nos impone. Pero ¿vemos la realidad o qué vemos?

Es cierto que vemos algo real, pero no con objetividad ni en su totalidad. Entre la realidad externa y nuestra percepción ponemos filtros conscientes o inconscientes que modifican o distorsionan esa realidad. ¿Esa persona es así o nosotros la vemos así?

Nuestros prejuicios y sentimientos, la cultura, la educación, nuestras experiencias previas nos predisponen a ver de determinada manera. Esto es evidente, cuando dos periódicos nos refieren, con términos distintos, el mismo suceso; o cuando dos testigos de un asalto nos lo comunican; uno dice: «así fue, yo lo vi»; el otro contradice: «yo también lo vi, y no fue así».

Aunque lo que vemos nos parece evidente, de hecho no conocemos la realidad, sino únicamente nuestra percepción de esa realidad. El mismo perro puede ser visto como una fiera por una persona, mientras que otra lo ve como un animal cariñoso. Nuestras reacciones y conductas dependen de esa percepción.

Con humildad, aceptemos que para algunas cosas somos miopes; para otras, ciegos; mientras que otras las vemos con lentes de aumento. Conscientes de que percibimos la realidad a través de nuestros filtros, sería sensato tener cierta desconfianza de lo que vemos y, además, tratar de corregir las distorsiones que hemos hecho de la realidad.