«Semillas de esperanza»
Jesús te ama

Autor: Padre Fernando Torre, msps.  

 

 

«No lo dudes, Jesús te ama con predilección singular, no por lo que vales, sino por su pura bondad»[1], le dice Conchita a Teresa de María.

«Jesús te ama». Aunque hayamos escuchado muchas veces esta frase, siempre tiene algo de fresco y original. Es la melodía que anhelamos escuchar, la verdad de la que el mundo está sediento. Por amor a nosotros, para salvarnos, Jesús murió en una cruz.

«Te ama con predilección». El prefijo “pre” expresa anterioridad en el tiempo o en el espacio. “Dilección” equivale a amor, cariño. Predilección –aunque también es sinónimo de preferencia– es un amor previo a cualquier mérito, virtud, valor, logro… de la persona amada. Jesucristo nos ama no porque nosotros seamos buenos, «sino por su pura bondad», porque él es bueno: «la prueba de que Dios nos ama es que, siendo nosotros  todavía pecadores, Cristo murió por nosotros» (Rm 5,8).

«Con predilección singular». “Singular” significa de modo excepcional, en gran cantidad. Jesucristo nos «amó hasta el extremo» (Jn 13,1). Pero también significa de manera única, con una calidad del todo original. A cada quien, Jesucristo nos ama personalmente, con un amor recién estrenado e irrepetible, diferente de como ama a los demás: «me amó y se entregó por mí» (Gál 2,20).

Al decirle «no lo dudes», Conchita pone en evidencia la falta de fe de su hija en el amor de Jesucristo. San Juan nos dice: «nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en ese amor» (1Jn 4,16). A veces decimos: «creo que Jesús me ama», como si dijéramos: «creo que va a llover». ¡No! Creer en el amor de Jesucristo involucra toda mi persona y define quién soy; es una profesión de fe en una verdad que inflama mi corazón, y por la que estoy dispuesto a morir.

Jesucristo te ama. ¡Créelo! Y tu vida será una fiesta.


[1] En Cartas a Teresa de María, México 1989, 317.