Liturgia Viva - 4

Autor: Padre Antonio Sanz cmf

 

 

Ritos inicales II.

El Gloria

No sería justo pasar sin dedicar especial atención a este himno que, si bien no nació para la Misa, ha sido reconocido por algunos autores como

“el más bello, el más popular, el más antiguo canto cristiano llegado hasta nosotros”.

Posiblemente este fue el himno que cantaban los cristianos “a Cristo como a un Dios” al que alude Plinio el Joven en carta al emperador Trajano (año 112).

(Ciertamente, donde mejor se aprecia la belleza es en el texto original griego)

Comienza con un texto bíblico (como era habitual en la antigüedad cristiana): el canto angélico (Lc 2,14).

La alabanza a Dios Padre acumula verbos que expresan entusiasmo doxológico: “te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias” y hay acumulación de títulos divinos: “Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso”. Abunda en títulos dirigidos a Jesucristo: “Señor, Unigénito [hijo único de Dios], Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre”; que nos conducen a la tierna súplica “tú que quitas... ten piedad de nosotros” para terminar con una impresionante doxología: « sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre »

Puesto en los ritos de entrada es un magnífico preludio de toda la celebración que va a seguir.

Nos daremos cuenta de que por lo que es y por lo que significa está pidiendo ser cantado,

(no quiere decir que sólo cantado tenga sentido).

Como himno es canto de la asamblea (o alternando con un coro); no hay que acostumbrarla a que participe sólo con la respuesta de un estribillo, (aunque es verdad que en la práctica habrá que acomodarse).

Conociendo todos estas características es un desatino sustituirlo por cantiquillos light en que aparece la palabra “gloria”.

 

liturgiaviva@gmail.com. 

Gracias por haber leído este mensaje.

Antonio Sanz, cmf


 

.