Liturgia Viva - 21

Autor: Padre Antonio Sanz cmf   

 

 

Liturgia de la Eucaristia  

Decíamos que la Eucaristía procede de la Cena y por eso empleamos sus signos, resumidos en cuatro pasos. Eso no quiere decir que los repitamos a modo de escenificación:

1. Tomó el pan (preparación y presentación de los dones)

2. Pronunció la bendición - dio gracias (plegaria eucarística)

3. Lo partió (fracción del pan)

4. Y se lo dio (comunión)

Estos pasos no se dan en la consagración, sino que van repartidos a lo largo de toda la liturgia eucarística. Por eso, y por otras razones importantes que explicaremos en su momento, carece de sentido adelantar los pasos en la consagración (no se debe partir el pan, no se debe distribuir), aunque en ella (en la consagración) se haga la narración de la institución. 

Seguiremos a continuación, y en días sucesivos, el desarrollo de estas partes. 

1º. TOMÓ EL PAN (I)

El centro de atención pasa, del ambón a la mesa del altar.

Este cambio de escenario debe hacerse perceptible.

 

                                       Recordemos que  los ritos de entrada se centran en la sede

                                      La liturgia de la Palabra se centra en el ambón

                                       La liturgia eucarística se centra en el altar

 

El paso de la Liturgia de la Palabra a la Liturgia Eucarística no se hace de forma brusca, repentina. Media la preparación de los dones (mal llamado ofertorio). Ritualiza la primera acción de Jesús:

Tomó el pan

Lo mismo hizo con la copa”.

No es ofertorio, porque el pan y el vino no son las víctimas que ofrecemos al Padre.

La víctima es Jesús, a quien el cristiano une su vida.

A lo largo de la historia, esta parte de la misa ha pasado por muy variadas valoraciones.

El deseo de establecer un vínculo entre la Misa y la vida de los que la celebran llevó a la práctica desacertada de mal-imitar la antigua procesión de ofrendas haciendo que los fieles acerquen al altar las cosas más inverosímiles (herramientas, libros, llaves, etc.) y lo presenten con letras de “te ofrecemos”, etc.; los cantos decían “Te ofrecemos, Señor...”; al pan se le denominaba “hostia” (víctima). 

Gracias por haber leído este mensaje. Se agradecen las sugerencias.

Antonio Sanz, cmf