Liturgia Viva - 22

Autor: Padre Antonio Sanz cmf   

 

 

Liturgia de la Eucaristia  

1. TOMÓ EL PAN (II) 

En este primer momento de la liturgia eucarística

no se trata de hacer ofrenda,

sino de prepararla, disponiendo el altar,

llevando el pan y vino

Hay una ofrenda de pan y vino que los fieles hacen al sacerdote,

una presentación del pan y una presentación del vino que el sacerdote hace a Dios

de los bienes que se convertirán en el Cuerpo y Sangre del Señor. 

Al comenzar la liturgia eucarística se supone que la mesa del altar está limpia de las cosas que se van a necesitar (no deberían estar el cáliz, las vinajeras, etc., ni el Misal). Es ahora cuando se colocan: corporal, purificador, cáliz... Misal. Algunos sugieren que es el momento de encender las velas del altar.

Este movimiento preparatorio expresa con claridad la centralidad que adquiere el altar desde este momento.

 

Teniendo en cuenta el valor simbólico de los gestos,

el Misal aconseja

que el pan y el vino sean presentados por los mismos fieles,

aunque se sabe que ya no los traen de sus casas, como lo fue en otro tiempo.

El pan y el vino son don de Dios y fruto de la fatiga humana;

Representan lo cotidiano (pan) y lo festivo (vino) de la vida.

 

¿Qué dones se deben presentar?

Siguiendo la Instrucción del Misal son:

El pan y el vino

Dones (o dinero) para atender a los necesitados

Dones (o dinero) para atender a la iglesia

 

No es serio presentar dones que luego recupera el donante (no sería donación verdadera)

Fuera del pan y el vino, el resto de los dones no se colocan sobre el altar. El altar no es un mostrador.

Gracias por haber leído este mensaje. Se agradecen las sugerencias.

Antonio Sanz, cmf