El Regalo de Dios

Autor: Arturo Quirós Lépiz

Web: Mensajes de vida

 

 

Cierta vez un hombre muy sabio y adinerado tuvo un derrumbe en uno de sus graneros, dentro de el, se encontraba su hijo. Al correr a ver el lugar encontró a muchos trabajadores alrededor de su hijo quien había 
salido del lugar cargado por uno de sus jornaleros. El hombre muy agradecido insistió en una recompensa para aquel hombre, pero el humilde rabajador se negó aduciendo que era su responsabilidad cuidar la vida de 
otros, cuanto mas la de su jefe quien le daba trabajo y un salario para alimentar a su familia. Esto aun cuando el trabajador necesitaba el dinero.

Entonces el dueño tuvo una gran idea y camino a la casa del hombre puso una bolsa con moneda de oro sobre un tronco, pero el trabajador pasó sin verla. Al otro día intentó ponerla a un lado del camino pero tampoco la vió. El trabajador era sumamente distraído y siempre iba muy pensativo en otras cosas y sus problemas, así que el patrón tuvo una mejor idea y lo sobrecargó con una gran cantidad de trabajo para que tuviera que salir de noche. Muy cansado, algo enojado con su patrón por esa rara forma de tratarlo luego de que el salvó a su hijo. A oscuras este hombre e dirigía a su casa entre reclamos y enojo cuando tropezó con algo y al caer sintió una bolsa de monedas de oro que tomó con mucho asombro y llevó a su casa. Y es que el patrón se ocultó en la oscuridad y tendió una cuerda que hiciera que el hombre tropezara para así, finalmente encontrara su recompensa.

Amigos, cuantos de nosotros muchas veces caminamos por la vida sin prestar atención y en cambio, solo pensamos en nuestros trabajos, deudas, problemas y dificultades que nos impiden ver muchas veces las soluciones que Dios pone a nuestro alcance. 
En la historia vemos como la única forma de que este hombre encontrara su recompensa fué con una sobrecarga de trabajo que bien pudo parecer injusta como tal vez te parece tu situación actual. Luego en medio de la oscuridad, tal vez similar a la que sientes en tu vida, caminaba con reclamos, ira y resentimiento como solemos hacer. Imagina a este hombre al tropezar diciendo “Muy bien! Lo que me faltaba!” . Pero todo esto se 
olvidó al encontrar su recompensa.

Estimado lector. No siempre las cosas vienen como las deseamos y cuantas veces hemos rehusado hacer cosas injustas o no correctas por obedecer a Dios y nos quedamos con grandes trabajos, cargas y en oscuridad, tal 
vez hasta tropezando en nuestro caminar. Pero no todo debes verlo como un mal, puede ser que Dios permita todo esto para que encuentres el mayor de los tesoros...su amor por tí!

Miren a los pájaros del campo decía el Señor, o a los lirios del campo. 
No tejen, hilan o se preocupan mas el Padre del cielo les da de comer. 
Tampoco nadie en su mayor esplendor se ha vestido tan bellamente como un lirio.
Deja de caminar con quejas, temores y dolores. Empieza a caminar con fé sabiendo de que el regalo de Dios está cerca...solo debes tener paciencia, esforzarte con trabajo duro y caminar aún en la oscuridad. Una caída puede ser la señal de que finalmente encontrarás el regalo de Dios.