Para que Jesús te Ayude
Autor: Arturo Quirós Lépiz
Web: Mensajes de vida
Cierta vez estaba pasando por muchas pruebas, soledad y angustia en mi vida. Recuerdo que soñé que estaba en un gran salón, lleno de cientos de puertas y completamente solo. En ese momento apareció Jesús y comencé
a pedirle ayuda. Le decía que no podía seguir mas y entonces vi una roca que representaba mis cargas. Era bastante pesada y no podía casi ni moverla.
Pregunté entonces como podía seguir adelante a lo que Jesús se me acercó y pensé que iba a levantarla por mi, pero abrió una de las puertas y pude ver a una mujer mayor solitaria, llena de dolor y tristeza cargando una roca como la mía, le faltaba un largo tramo para llegar a Jesús.
Entonces Jesús me dijo que fuera y la ayudara a cargarla hasta donde estaba el. Así lo hice y una vez ahí Jesús tomó la roca y la mujer siguió su camino. Luego, abrió la segunda puerta y un hombre con muletas y muy enfermo caminaba también hacia Jesús arrastrando su roca. Igualmente la petición de Jesús fué que le ayudara y así lo hice. Esto pasó con muchas otras personas.
Finalmente Jesús me pidió a mi que fuera a traer mi roca donde el estaba, pero no podía, era igual de pesada que antes y ahora estaba muy cansado por haber ayudado a las otras personas. Entonces muchas puertas se
abrieron, y la mujer mayor, el hombre con muletas y cada una de las personas que ayudé vinieron en mi ayuda y pude llegar delante de Jesús.
Recuerdo que sentí que me preguntaba : "¿Qué aprendiste?" Y esa es la respuesta que deseo compartir con todos ustedes hoy.
Hay solo una forma de caminar hacia Jesús y es JUNTOS. No podemos tratar de buscar el camino solos y aunque nos desgastemos ayudando a otros, Jesús enviará su ayuda en forma de otras personas para salir adelante.
No siempre la mano de Dios es como la esperamos, y muchas veces, por cerrarnos a querer ver solo lo que esperamos, desperdiciamos la ayuda de Dios.
Pide a Dios y te ayudará. Clama y te escuchará. Ora y te recibirá. Pero debes estar atento y listo para trabajar por otros y ayudarles a que se acerquen a Jesús. La ayuda llegará, tal vez no como árbol pero si como semilla.