Caminando y perseverando hasta el final

Autor: Arturo Quirós Lépiz

Web: Mensajes de vida

 

 

Tuve un sueño o visión, no lo se, donde caminaba por un largo sendero muy oscuro. En medio de la oscuridad no sentía mas que un fuerte y helado viento y mientras caminaba tropezaba cayendo fuertemente y cada vez que lo hacía, sombras oscuras me golpeaban una y otra vez. Sabía que estaba golpeado y sucio, además tenía heridas de consideración y podía sentir como la sangre mojaba mi piel pero no sentía dolor alguno.

En medio de este terrible escenario a lo lejos poco a poco llegaba a una luz a la cual, por algún motivo tenía miedo de acercarme, no porque no quisiera salir de aquel lugar, sino porque temía ver el estado en el que me encontraba. Sentía mi rostro hinchado y ensangrentado y mi cuerpo pesaba mucho. Cada paso representaba un gran esfuerzo y avanzaba con gran dificultad. Aún así no sentí dolor alguno.

Inevitablemente llegué a la luz y en ese momento no sabía si cruzar o no. Aunque deseaba salir, el miedo de conocer como estaba o la gravedad de mis heridas dudaba en cruzar la luz. Entonces escuché la voz de quien supe, era Jesús, quien me animó a salir y entonces extendí mi mano y el me sujetó para llevarme hacia la luz.

Entonces me encontré en un gran y hermoso lugar donde como dice la Biblia, no había sol, pues la Gloria de Dios iluminaba aquel paraíso. En medio de mi asombro busqué a Jesús y lo ví a mi lado y con gran sorpresa ví como mi cuerpo estaba intacto, sin mancha e irradiando una fuerte luz y ví como era el cuerpo de Jesús el que estaba golpeado, ensangrentado y mutilado. A pesar de ello, solo podía apreciar la gran sonrisa en sus labios al verme a su lado finalmente mientras su cuerpo se curaba hasta ser perfecto y radiante nuevamente.

Ahí terminó la visión o sueño y me encontré sentado en mi computadora y escribí entonces lo que había visto. Me dí cuenta de que con cada paso que damos mis amados hermanos, nos acercamos indiscutiblemente al encuentro con Jesús y muchas veces tememos acercarnos porque las mismas fallas que tenemos nos hacen creer que "no somos dignos" de Jesús, cuando en realidad mientras mas busquemos los caminos de Dios estaremos mas limpios y sanos.

También comprendí que cada paso que damos en camino de oscuridad es un golpe, una llaga, una patada a Jesús en su camino a la cruz pero que sin embargo, el toma todo nuestro dolor y lo que suframos, sin importar que tan fuerte creamos que es, no es nada comparado con lo que Jesús nos protege y libra cada día.

Debemos entonces correr para salir del camino que sabemos, no es el correcto, para así no solamente llegar mas rápido al camino de la luz, sino para no azotar el cuerpo de Jesús quien hoy, se encuentra en victoria en el Cielo pero quien tuvo que pasar inmencionables sufrimientos para que nosotros podamos llegar al Cielo si caminamos a su lado.

Comparto con ustedes estas imágenes para que no caminemos mas en caminos alejados de Jesús donde no hacemos mas que clavarlo nuevamente mientras poco a poco nos perdemos y alejamos de El.

Jesús te ama y espera, dale un SI y el tomará tu mano para llevarte por el camino mas hermoso a su lado, el camino de la salvación.