Camino hacia el Perdón - VIII PARTE

Autor: Arturo Quirós Lépiz

Web: Mensajes de vida

 

 

Bien mis amados hermanos, llegamos a la última parte de este camino que hemos empezado para aprender a perdonar integralmente, donde el paso final es lograr perdonarnos a nosotros los errores cometidos, sabiendo que fueron errores y haciendo un firme propósito de no volverlos a cometer.

Mucha gente no se perdona ciertas cosas, porque no se cree capaz de dejarlas o sobreponerse, pero sin embargo perdonarse es el primer paso para liberarnos.

Si no eres capaz de perdonarte, no podrás perdonar ni enseñar a otros como perdonar. ¿Recuerdas el mandamiento que nos dió Jesús? "Áma a tu prójimo COMO a tí mismo". En ninguna parte dice que amemos al prójimo en vez de nosotros mismos.

Eres una creación de Dios y por ende debes amarte y respetarte como el templo del Espíritu de Dios que eres desde siempre. Nunca lo olvides.

Vamos a finalizar con una oración simple que nos ayude a estar mas cercad de Dios.

Padre Celestial,
Mi buen Dios y Señor. Quiero agradecerte por este día en el que me regalas tantas maravillosas cosas. La salud, los problemas, los retos, los amigos, las salud, la familia. Padre Santo yo te bendigo por darme todas cosas, incluso aquellas con las que no quisiera en mi voluntad humana tener que lidiar.

Hoy Padre Santo, te pido en el nombre de Jesús tu hijo que tomes mi vida y mi corazón, y me demuestres tu grandeza, tu amor, tu misericordia y cariño para poder entender cuanto valgo para tí. Ayúdame Señor a entender lo mucho que me amas y todas las cosas que, aún sin pedirlas, me regalas simplemente porque tu amor por mi es mas grande que cualquier otra cosa que haya en mí.

Deseo caminar libre, viendo tu grandeza y no mi debilidad. Levántame con tu poder y tu luz. Haz que tu mirada se fije en mi y entienda que nunca me has abandonado ni lo harás. Que si me he sentido en soledad es solamente porque no deseo verte, pero hoy deseo cambiar mi vida y valorar lo que soy, tu creación.

Gracias Señor por tu cariño derramado en mi vida y por mostrarme tu infinita misericordia. Te alabo y te bendigo. Gracias te doy por hacerme tan importante para tí. Gracias por perdonarme y ayudarme a perdonarme.

Que nunca olvide lo que has pagado por mi Señor, y aprenda a valorarme como tu me valoras.

Todo esto Padre, te lo pido en el nombre poderoso de tu hijo Jesucristo que vive y reina a tu lado.
A Ti sea la Gloria, el Poder y la Exaltación por toda la eternidad.

Amén