Cómo Orar ( PASO II )

Autor: Arturo Quirós Lépiz

Web: Mensajes de vida

 

 

Pues bien mis amados amigos, ya la semana pasada vimos el primer paso de como orar. Recordamos entonces que se ora al PADRE, en el nombre del HIJO y con la unción del ESPÍRITU SANTO.

Ahora seguimos con la primera actitud de una oración, recordando que esto no es mas que una guía de como iniciar en el camino del Señor. Entonces por ¿dónde empezar?

Lo primero que podríamos hacer en una oración es dirigirnos a Dios, no hablarle de nosotros. Es muy común que los seres humanos busquemos al Señor solo porque lo necesitamos y mucha gente ora y empieza haciendo una gran lista de lo que mas le duele, una gran cantidad de sentimientos propios como "estoy triste", "estoy en depresión" o "necesito...". Esto no es lo correcto, mas que cuando nos sirven un café en un restaurante nos tomamos la molestia de decir "gracias", igualmente debemos agradecer a Dios por todas las cosas que nos da como el sol, la vida, la familia o el trabajo. Así que nunca comencemos nuestra oración pidiendo o hablando de nosotros. La oración se empieza agradeciendo a Dios por todo lo que nos da.

Ahora bien, es perfectamente válido pedirle a Dios lo que necesitamos, Jesucristo nos ha enseñado a hacerlo y a tenerle confianza y solicitarle lo que nos hace falta: "Yo os digo: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!" (Lc 11, 9-13) El problema está en que a veces únicamente le pedimos cosas materiales y temporales ¿Y dónde dejamos a nuestra alma? El Santo Cura de Ars en su Sermón sobre la Oración dice "Podéis pedir cosas temporales... mas siempre con la intención de que os serviréis de ellas para gloria de Dios, para salvación de vuestra alma y la de vuestro prójimo; de lo contrario, vuestras peticiones procederían del orgullo o de la ambición; y entonces, si Dios rehúsa concederos lo que le pedís, es porque no quiere perderos."

Así mis hermanos, que nuestra oración al Padre, en el nombre del Hijo y con la unción del Espíritu Santo siempre inicie dando gracias a Dios por lo que nos regala cada día, y que sea un agradecimiento sincero que brote de un corazón sincero y humilde que busca acercarse al creador de la vida.

Que Dios derrame su bendición sobre todos y cada uno de ustedes durante esta semana, y nos regale el don de agradecer todas las maravillas y milagros que recibimos cada dia.