La vendedora de flores

Autor: Arturo Quirós Lépiz

Web: Mensajes de vida

      

La vendedora de flores sonreía, su arrugado rostro resplandecía de gozo. Por
impulso tomé una de sus flores.
"Se vé muy bien esta mañana", le dije.
"¡Claro!", exclamó, "sobran los motivos".
Aquella mujer vestía tan pobremente y se veía tan frágil que su actitud me
intrigó.
"Sobrelleva sus problemas admirablemente", la elogié.
Ella me explicó entonces:
"Cuando crucificaron a Cristo un viernes, fue el día mas triste de la historia.
Y tres días después, El resucitó. Por eso he aprendido a esperar tres 
días siempre que algo me aflige.
Las cosas siempre se arreglan de una u otra manera en ese tiempo."
Seguía sonriendo al despedirse de mí.
Sus palabras me vienen a la mente cada vez que estoy en dificultades:
"Hay que esperar tres días".

El número tres en la Biblia representa entre otras cosas "suficiente" o "perfecto". Cuando estábamos niños y tal vez no hacíamos caso, nos contaban "hasta tres". Jesús murió y resucitó a los 33 años. Tres días tardó en resucitar, como tres son las personas divinas Padre, Hijo y Espíritu Santo.


Leyendo esta reflexión, debemos recordar que todo lo que nos pase, tanto bueno como malo, puede ser como neblina que en un segundo pasa y desaparece.


De lo único que podemos estar seguros es que la presencia de Dios estará siempre con nosotros, pues es promesa de Cristo.

 

Sin importar tu situación, debes saber que pasará. Y si estás en abundancia
alégrate y dale gracias a Dios por este buen momento, pero no te aferres a
el pensando que si pasa Dios no te ama. Si estás en un mal momento, sonríe,
confía y ten fé. Pues tu Dios, tu amigo y creador estará contigo y esto que hoy siembras con lágrimas, mañana lo cosecharás entre gritos de alegría.