Salvavidas o Yate

Autor: Arturo Quirós Lépiz

Web: Mensajes de vida

 

 
Predicaba a un grupo de personas adultas, sobre cómo Dios es mucho
 mas de lo que nosotros esperamos de El, sin embargo no recurrimos a El como
 debiéramos.


Ponía el ejemplo de una persona en altamar, quien se está ahogando y en medio del temor clama por un salvavidas que le permita mantenerse a flote  y no morir. En ese momento pasa un yate y le arroja  dicho salvavidas, el  cual le puede mantener a flote mientras el yate le  rescata.


 ¿ Acaso ese hombre agradecería y querría quedarse con el salvavidas  sin subir al yate ?


Pues bien, muchos de nosotros pasamos nuestra vida pidiendo a Dios salvavidas, y una y otra vez pedimos que nos manden uno, pero no deseamos
subir al yate de Dios. Preferimos estar a flote apenas sobreviviendo a nuestros problemas, dejando de lado la gran oportunidad de servir a Cristo y  entregarle nuestras vidas.


Nos dedicamos a clamar a Dios para que nos ayude,  pero no para que  nos rescate. Y cuando sentimos que tenemos algo que nos mantenga a flote,  nos olvidamos de Dios, dejando de lado nuestra misma salvación.


Si te encuentras atribulado y en medio de problemas, dudas y temores. Levanta tu vista al Cielo, clama y no pidas un salvavidas, pide un yate y atrévete aseguir el camino no flotando a la deriva, sino guiado por el Capitán por excelencia, aquel que calla al trueno y a la tormenta y a quienes éstas obedecen. El poderoso y omnipotente.


Cristo Jesús.