Un momento de descuido

Autor: Arturo Quirós Lépiz

Web: Mensajes de vida

      

Para finales de año, en mi país Costa Rica se suelen hacer corridas de  toros donde las personas ingresan a un redondel para correr detrás del toro. 
También vienen toreros de otros países a torear formalmente, aunque sin poder dañar al animal ya que es prohibido. Se hace mas bien como una exhibición. 


Hace un par de días un torero con su traje de luces llevaba una corrida impecable, y había dedicado el toro a una personalidad de la audiencia. En ese momento, el toro envistió contra el y lo envió al hospital con algunos golpes y la necesidad de algunas puntadas. 


Todos quedaron extrañados pues la corrida iba muy bien y el toro no parecía ser gran obstáculo para el torero. Al ver la repetición se nota como al estar frente al toro, el hombre levanta su vista un segundo para ver a alguien en las gradas, y ese segundo de desconcentración fué el que ocasionó que el toro le embistiera y enviara al hospital. 

Todos nosotros podemos comparar nuestras vidas con este hombre y darnos cuenta de que tenemos muchos obstáculos que vencer, y a veces podemos 
subestimar las dificultades, lo cual nos puede acarrear grandes consecuencias. 

Vemos como jóvenes se contagian de sida por un momento de placer o descuido. O como en un momento de ira, hombres y mujeres agreden a sus mismos familiares. Vemos especialmente en esta época como muchos conducen 
temerariamente llevados por el alcohol y terminan en lugares donde abunda la 
droga y el sexo. 
¿Y dónde queda Jesús en todo esto? Simplemente lo hacemos a un lado y nos creemos suficiente para enfrentar los problemas. 
En este fin y principio de año, recuerda que basta un segundo para acabar con tu vida y que en todo momento debemos estar alertas y tomados de la mano de Jesús pendientes de nuestro alrededor, para que no nos pase lo mismo que al torero.