Los amigos de Karol

Autor: Juan Antonio Ruiz

Fuente: Buenas Noticias

 

 

Las flores no han dejado de llegar al Hospital Gemelli estos días en que el Papa ha estado en cama, las muestras de afecto se multiplican con cartas, regalos y oraciones.

No sólo los cristianos han rezado por él. Mohamed Tour, presidente de las comunidades islámicas de Italia, fue al Gemelli para manifestar con su presencia el afecto y oraciones de los musulmanes. El rabino principal de Roma, también le envió su saludo e invitó a los hebreos italianos a rezar por quien –él lo afirma- ha sido una «piedra miliar».

Los detenidos en las cárceles de Rebibbia y Regina Coeli –prisión que visitó el Papa polaco- le han enviado unos regalos y una nota: 

«Santidad, sane pronto tenemos necesidad de usted. Hemos sufrido y sufrimos por usted y, permítanos, con usted. Creemos que, si nuestras oraciones a María por su salud, pudiesen físicamente volar, se habrían amontonado frente a su ventana para impedir el paso a cualquier microbio. Ellas hubieran sido como guardianas de su enfermedad, buscando por todos los medios de absorberla y transmitirla a nosotros mismos. Porque pensamos, y que Dios nos perdone las palabras, que un Santo Padre como usted no pueda y no deba sufrir jamás, sino que debería vivir eternamente para simbolizar todo aquello que usted, Santidad, ha representado para el mundo entero hasta hoy y representará en el futuro, con su constante enseñanza de paz, bondad, caridad, de respeto del hombre… que esta pobre carta, lícitamente fugada de los barrotes dentro de los cuales vivimos, le lleve un poco de consuelo y un gran deseo de que se restablezca, recordándole de cualquier modo que nuestro pensamiento y oraciones están siempre cerca de usted, como padre y amigo afectuoso de todos nosotros».

No han faltado cartas de los consentidos del obispo de Roma: los niños. Le escribieron sus vecinos de cuarto, enfermitos de la zona de oncología pediátrica. Dejemos a los chiquitines del pueblito de Genzano concluir esta buena noticia con un consejo tierno y espontánea: «cuando nosotros hemos estado enfermos, hemos tomado la medicina y nos hemos aliviado, entonces, ‘haz tú lo mismo’».

Fuente: L’Osservatore Romano