Un gesto caritativo que no nos cuesta nada

Autor: Elena Baeza Villena 

 

Como todavía los hay, que piensan que el Gobierno “paga a la Iglesia” como se escucha en algunos medios, quiero aclararles que siempre lo que el gobierno ha aportado a la Iglesia ha sido 0,7 por ciento, de aquellos contribuyentes que así lo han solicitado marcando la X en el casillero correspondiente. De lo que si estaba exenta la Iglesia era del IVA en cuánto a las compras que efectuara. Pero, desde el día 1 de enero de este año, la Iglesia paga sus impuestos como todo ciudadano y percibirá un 0,52 por ciento de aquellos contribuyentes que marquen la cruz de la Iglesia, es más aún así también pueden marcar el casillero de “otras opciones sociales”.

Por eso quiero aclararles que el dinero que recibe la Iglesia no es del Gobierno ni del Estado, es de los contribuyentes; es nuestro. El Estado cobra a la Iglesia impuestos para proporcionar a los ciudadanos servicios, que a veces muchos católicos podemos quejarnos porque también se subvenciona con nuestro dinero el aborto, una televisión pública que constantemente nos ridiculiza, etc.

Es hora, por tanto de que los católicos nos responsabilicemos del sostenimiento de la Iglesia y nuestra fe se manifieste también en el aspecto económico. Ya que nadie mejor que nosotros sabemos lo que la Iglesia ahorra al Estado cada año en educación, sanidad, servicios sociales, etc. Y que si la Iglesia no los hiciera, otros no lo harían, como dijo en una ocasión una famosa actriz que, al contemplar la labor que realizaba la Madre Teresa de Calcuta, exclamó: “Yo, esto, no lo haría ni por todo el oro del mundo”, a lo que Madre Teresa contestó: “Yo tampoco”.