El arte de saber vestir

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

Sales a pasear y te causa pena contemplar masas enteras de jóvenes –y menos jóvenes- que se dejan conducir por el dictado de unos pocos, que les imponen sus dogmas y sus mitos. Ellos se llaman “progres” cuando de hecho son retrógrados, porque intentan defender opiniones erróneas .Es progreso dejarse aborregar por las modas que nos imponen, que parecen fotocopias unos de los otros; todos iguales, pantalones y faldas, camisetas y escotes, enseñando la ropa interior, -me pregunto? Porque sigue llamándose ropa interior, si la llevan al descubierto, “interior” significa dentro, debajo de otra cosa-. Creen llamar la atención y efectivamente le llaman, pero por el aspecto sucio y de mal gusto.

El arte de saber vestir tiene como finalidad, la de poner en moderado realce la belleza del cuerpo humano, pero de modo que no quede ofuscado, sino que, al contrario, sea exaltado.

Es conocido el adagio popular que afirma: “la cara es el espejo del alma” y tan cierto, quién no ha experimentado al ver a una persona por primera vez, formarse instintivamente un primer concepto de su personalidad a través de su aspecto externo.

Si las palabras convencen, yo digo que arrastramos aún más con nuestro estilo, nuestro ejemplo y nuestro modo airoso de buen gusto en el vestir.