La familia es la primera y fundamental escuela de sociabilidad

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

Es la sociedad natural donde el hombre y la mujer son llamados al don del sí y al don de la vida. Es la familia la comunidad en la que, desde la infancia, se puede aprender los valores morales y a usar bien la libertad. La vida de familia es iniciación a la vida en sociedad. Por ser la sede natural de la educación para el amor, constituye el instrumento más eficaz de humanización y personalización de la sociedad, colaborando de manera original y profunda en la construcción del mundo.

Sin duda, cuando cunde en familias concretas un estilo de vida que no refleja adecuadamente la belleza y la verdad de la institución familiar; cuando hay cónyuges que no se comportan como deben en cuanto a esposos y en cuanto padres o madres, la familia se expone a sufrir daños profundos en su imagen y en su realización vital.

Por el contrario, la familia unida y sana, a pesar de las dificultades personales y del ambiente, es una semilla capaz de renovar la visión apagada, desconfiada y triste que se ha hecho frecuente en cierta cultura de hoy.

La relación entre familia y sociedad debería ser apoyo recíproco. La sociedad puede favorecer mucho el desarrollo adecuado de la familia; y la familia, por su parte, puede contribuir decisivamente a la construcción de una sociedad estructurada, solidaria y rica en humanidad. Ante todo, por su propia naturaleza, puede actuar de modo especialmente eficaz en el campo inmenso de las iniciativas de solidaridad, hospitalidad, asistencia y servicio a los más débiles y necesitados.

“El futuro de la humanidad se fragua en la familia” (Juan Pablo II).