Educar desde el ejemplo

Autor: Elena Baeza Villena

 

 

En todas las fases de vida intervienen unos criterios previos que uno tiene ya formados antes de actuar, escoger unos medios u otros. Los valores se toman de los fines de la acción y, a menudo, esos fines son los valores que cada uno tiene. Si resulta que de los valores que yo tenga depende lo que tome por verdad o bien para mi vida, es apremiante preguntarse cuáles son los valores por los que cada uno se rige. El hombre necesita tener alguien a quien parecerse, a quien admirar e imitar. Los héroes son personas que vivieron una vida llena de plenitud y significado: llegaron, por así decir, a una cota muy alta de humanidad, y por eso atraen. Por desgracia hoy en día los modelos que nos presentan se han diversificado: deportistas, famosos del mundo del espectáculo, de la moda, de la política de la gran empresa, etc. Muchos o casi todos de los más influyentes en el hombre no debieran ser esos triunfadores, sino ejemplos más cercanos a la vida cotidiana y que penetran en la intimidad. Los modelos familiares, los profesores, los amigos y aquellas personas a quienes llegamos a admirar a través de una relación estable. Porque estos son, los que en realidad tienen la posibilidad de construir desde su ejemplo a mujeres y hombres con grandes valores.