Preparar la llegada de Jesús

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

Hoy, comienza el Adviento, que significa preparar el camino para la llegada del Señor que llegará muy pronto. A lo largo de las cuatro semanas que preceden a la fiesta de Navidad, la Iglesia nos alienta a que caminemos como los pastores, en plena noche, vigilantes, dirigiendo nuestra mirada hacía aquella luz que saldrá de la gruta de Belén. Son días de alegría y de esperanza. Podríamos decir que el Adviento es el tiempo en el que los cristianos debemos despertar en nuestro corazón la esperanza de renovar el mundo, con la ayuda de Dios.

Hay muchos, que se quejan de que estas fechas se han convertido en unas fiestas paganas para alentar el consumo. Pero, en manos de cada uno está el evitar que dicha queja sea verdadera, pues aunque nosotros no podemos cambiar las tendencias sociales dominantes, sí que tenemos al alcance navegar contra corriente. Y, lo podemos hacer desde nuestras costumbres de familia, preparando un hogar atrayente, alegre, educativo para los niños y mayores, con la instalación del belén, en la que participen todos los de la casa, en la colocación de los personajes que figuran en el mismo y sobre el sentido de este acontecimiento. Recuerdo cuando mis hijos eran pequeños como nos reuníamos su padre y yo con ellos durante algunas noches explicándoles con las imágenes del Misterio, los pastores, los Reyes Mago hasta la Nochebuena, que esperábamos para la colocación del Niño Jesús en el pesebre. Al paso de cada año ya los mayores iban aportando a los más pequeños e incluso siendo ellos los protagonistas de la narración del nacimiento del Hijo de Dios, que se hace hombre en Jesús de Nazaret.

No dejemos de fomentar ésta y otras costumbres cristianas, que, aparte de la decoración del hogar, sea una celebración propicia para encontrarnos con el Señor, que es, donde encontraremos esa paz y alegría que nos anuncian los ángeles de Belén.