“El Papa ha conseguido un cambio en la opinión pública”

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

En su reciente viaje a Estados Unidos Benedicto XVI uno de los logros más significativos que ha conseguido ha sido el cambio en la percepción de la figura del Papa en la opinión pública. La prensa se ha hecho eco en reflejar la sorpresa de mucha gente ante ese Papa que les ha encantado. Ha despertado admiración por parte de los millones de personas que han seguido, de una u otra forma, cada uno de sus pasos y gestos en suelo americano. El Papa ha sido testigo de la fe y de la devoción de la comunidad católica que vive y da testimonio público en Estados Unidos y se ha ganado con su cercanía, humanidad e inteligencia a muchas personas que sin ser creyentes han quedado deslumbradas por el esplendor de una visita que, sin duda, marcará un hito en este Pontificado.

Venia precedido de una cierta fama de hombre duro, intransigente, defensor de la Fe a ultranza, y en cambio se han encontrado con un hombre que habla del amor, de la misericordia de Dios y de Jesucristo como fuente de felicidad y esperanza para el ser humano, todo esto lo hace con un talante acogedor para todos, comprensivo con los valores humanos allá donde se encuentren.

El cliché del “guardián de la ortodoxia” ha quedado obsoleto ante un sacerdote que anima más que regaña, y que asegura que “nuestro desafío más urgente es comunicar la alegría que nace de la fe y de la experiencia del amor de Dios”.

Esto no quiere decir que el Papa se haya convertido a la espiritualidad del “todo el mundo es bueno” y “no hay que juzgar a nadie”. Ha seguido denunciando con rotundidad la “dictadura del relativismo”. Ha hecho una llamada vibrante a la coherencia entre fe y vida, y ha descalificado la tendencia individualista de la religión a la carta.

Lo importante es que el pueblo americano ha descubierto que Benedicto es un pastor que anuncia un mensaje de un modo esperanzador y estimulante.