El Papa en Francia

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

Benedicto XVI visita Francia por primera vez como Pontífice. Francia representa una combinación compleja de fidelidad y fecundidad a la Iglesia y de propuesta de una ilustración que ha obviado a Dios y que ha expulsado el sentimiento religioso del corazón del hombre.

Francia que es un ejemplo típico de separación entre la Iglesia y el Estado, sin embargo, la defensa por Sarkozy de una «laicidad positiva» pone de relieve la posibilidad de una colaboración activa entre ambas instancias. Coincidiendo ambos líderes en esa necesidad de robustecer las raíces cristianas de Europa.

La Fe cristiana no es enemiga de la política, como la Iglesia Católica no es enemiga del Estado.

El Papa, en su profunda homilía en la Santa Misa de la explanada de los Inválidos, nos ha recordado que: "Nuestra situación actual, bajo muchos aspectos, es distinta de la que Pablo encontró en Atenas, pero, pese a la diferencia, sin embargo, en muchas cosas es también bastante análoga. Nuestras ciudades ya no están llenas de altares e imágenes de múltiples divinidades. Para muchos, Dios se ha convertido realmente en el gran Desconocido. Pero como entonces tras las numerosas imágenes de los dioses estaba escondida y presente la pregunta acerca del Dios desconocido, también hoy la actual ausencia de Dios está tácitamente inquieta por la pregunta sobre Él, buscar a Dios y dejarse encontrar por Él: esto hoy no es menos necesario que en tiempos pasados".