"Venimos a adorarlo"

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

Este año tenemos que agradecer el Ayuntamiento malagueño, que la Cabalgata de Reyes Magos, haya recuperado su signo. La fiesta de la Epifanía no se puede quedar en un festejo aguado por regalos sin sentido.

Tal vez para eso, al final del recorrido ante la alegría de los más pequeños y también de los mayores, Sus Majestades han ido a "adorar" al Niño Jesús en brazos de María. Es lo que hicieran hace 2009 años, estos sabios por la revelación que tuvieron y, por el camino de la ciencia encontraron al salvador del mundo, Jesucristo. Y cuando lo encontraron se rinden ante El en gesto de adoración.

La noche más mágica para los pequeños tiene su razón de ser en la primera noche en la que el Niño-Dios fue agasajado por los presentes de tres desconocidos, venidos de tierras lejanas y dispuestos a todo con tal de vislumbrar al Creador nacido. No es así hoy entre los habitantes de la tierra. El único motivo para la alegría, artificial y carente del último sentido, está en los obsequios, más o menos acertados para cubrir un expediente. Que los Magos de Oriente nos hagan sentir algo de lo que llevaban en el corazón cuando se postraron ante el trono de Dios en la tierra; ellos siguieron felices su vuelta a casa por senderos distintos a los que les llevaron al gran encuentro. Que así suceda con nosotros. ¡Y felices Reyes a todos!