Jornada de Infancia Misionera

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

Algunos lectores puede que se pregunten ¿Qué puede hacer un niño por las misiones?

Los niños tienen un corazón limpio y unos sentimientos que tal vez los mayores no tengamos. Yo desde mi experiencia de madre y catequista puedo deciros, hace ya años…vivía entonces en Torre del Mar e iba acompañada de mis hijos a la Misa dominical para los pequeños que se preparaban para recibir la Primera Comunión. Nunca se me olvidará; se había producido un terremoto –eso sí que no recuerdo dónde era- y, el sacerdote dijo que la colecta estaría destinada a esas pobres gentes que lo habían perdido todo. Había todos los domingos una función matinal de cine y, casi todos los niños cuando acababa la ceremonia religiosa, -recuerdo que el cine estaba a unos metros de la Iglesia- se iban directamente. ¿Saben que ocurrió ese día? que más del 90% de los niños el dinero que sus padres les habían dado para la entrada de la película, la depositaron en la cesta de la parroquia, para contribuir con esas familias que estaban pasándolo mal. ¡Como valoraría el Señor la modesta aportación de esos pequeños!

También se me dio más de un caso de padres que no iban a Misa, pero los niños cuando ya iban conociendo a Jesús a través de su catequesis, éstos los arrastraban y con que ilusión iban a Misa junto a sus padres. Tuve otra preciosa experiencia: era la de un matrimonio, que desde que se habían casado ni habían ido a Misa, ni habían confesado. El día que su niña confesó ellos decidieron confesarse para poder acompañar a su hija, recibiendo a Jesús Sacramentado también. ¡Cuánto puede un niño!

¿Que padre se resiste a la petición de una obra buena y llena de cariño de su hijito? "¡Dejad que los niños se acerquen a mi!" (Mc. 10,13). Si un niño pide a Dios, Él lo va a escuchar, y va atender su petición.

Los niños sin saberlo están colaborando a que muchos padres regresen a la fe que algún día abandonaron.