El sorprendente Mensaje de la Navidad

Autor: Elena Baeza Villena

 

 

Llega la Navidad, hace al menos un mes que nuestras calles, escaparates, en las casas, se nota que algo importante vamos a celebrar. Claro que es algo maravilloso, es el mejor regalo que hemos podido recibir los hombres de todos los tiempos. Es Dios que nace, que se hace Niño, indefenso como todos los niños del mundo. Dios al hacerse hombre, aceptó el riesgo de que muchas personas no reconocieran su identidad y pasaran de largo junto a Él. También sucede hoy con los que han convertido estas fechas en una ocasión más para sus negocios, en lugar de quejarnos y dejarnos arrastrar, los cristianos tenemos que aprovechar todo lo bueno que tiene el sentido de la fiesta y de la familia. Es algo que se tiene que notar en nuestra alegría serena, en nuestra apuesta por el hombre y en nuestra bondad humilde. Lejos de ser ocasión para el desaliento o para malgastar energías en la crítica de lo que hacen los demás, la Navidad ha de ser un tiempo propicio para la contemplación, la conversión y la gratitud, porque el Señor viene en persona a buscarnos. ¡Este es el sorprendente Mensaje de la Navidad!

Que no nos pase como los habitantes de Belén, que estaban tan ocupados en sus cosas que a todas las puertas que llamaba San José le decían que no había lugar para ellos, ni tan siquiera en la posada hubo sitio. Le cerraron las puertas, la Virgen siente pena por aquellas gentes. ¡Que frío es el mundo para con su Dios!